El próximo domingo 13 de junio los andaluces, al igual que otros 450 millones de habitantes de la Unión Europea, estamos llamados a participar en las elecciones para la constitución del Parlamento europeo. Los andaluces debemos tomar conciencia de que este encuentro no es menor, ni rutinario, o menos decisorio que cualquiera de los comicios que celebramos en nuestro país.
La democracia toma cuerpo esencialmente en la participación del electorado y en ese momento crucial nos hallamos. Si deseamos fortalecerla, es nuestra obligación cívica acudir a las urnas con el mismo compromiso que lo hicimos el pasado 14 de marzo. Y queremos hacer una expresa llamada a los jóvenes andaluces: Sobre todo para ellos es la Europa que entre todos debemos construir y son los jóvenes los más interesados en mostrar su respaldo al gran proyecto europeísta.
Asistimos, y debemos ser muy conscientes de ello, a la refundación de la Unión Europea. Las reglas de juego se revisan para engarzar la presencia de nuevos socios y para diseñar un horizonte más ambicioso para Europa y los europeos. Desde el pasado 1 de mayo, con la entrada de diez países más, ya son veinticinco los estados integrantes de una alianza que gestará un gigante económico, una realidad tangible desde la creación de la moneda única, y, de igual forma, adquirirá también la dimensión de un coloso político. Los cimientos se refuerzan para consolidar la nueva estructura y se abre paso un intenso debate sobre la nueva relación de fuerzas resultante en el seno de la Unión.
De este imparable proceso de transformación, el hito lo encarnará el alumbramiento de la futura Constitución Europea, que sellará la irreversibilidad de esta entente y el desarrollo del marco jurídico para la convivencia entre todos los pueblos. Andalucía, que ha abanderado la iniciativa de que la voz de las Comunidades Autónomas ganen peso en las instituciones comunitarias, siempre desde la plena lealtad al Estado, debe reforzar ahora su compromiso con la construcción europea. Y ese compromiso pasa por acudir a la cita con las urnas.
Han transcurrido dieciocho años desde el ingreso de España en la entonces denominada CEE. Muchos fueron los agoreros que dudaban de los beneficios que para España y Andalucía reportaría aquel esfuerzo. Muchos fueron los que dudaron de nuestras potencialidades y nuestras fuerzas. Hoy, todos los indicadores económicos y sociales de Andalucía y de España reflejan la profunda transformación en todos los órdenes que hemos experimentado. Europa se ha demostrado como el mejor de los escenarios, aquel en el que el esfuerzo de los andaluces encuentra su mejor recompensa: el progreso de nuestra tierra. La experiencia debe servirnos también de acicate para afrontar, con determinación, los retos del nuevo siglo que hemos enmarcado en el ambicioso proyecto de la II Modernización de Andalucía.
La Junta de Andalucía y el conjunto de los agentes sociales y económicos debe asumir su cuota de responsabilidad en fortalecer una conciencia europeísta en la sociedad andaluza. Nuestra condición de andaluces es inseparable a nuestra condición de españoles y europeos y la prosperidad y la paz de las generaciones venideras dependen, en buena medida, de nuestra apuesta por Europa. En la pasada legislatura acordamos la creación del Foro Andalucía y el Futuro de Europa, encaminado a erigirse en un diagnóstico y de igual modo en carta de navegación para determinar cuál es la dirección idónea para Andalucía en la encrucijada que se avecina.
En las instituciones europeas se adoptan ya multitud de decisiones que afectan a nuestros intereses y a nuestra propia vida cotidiana. Decisiones que afectan a los trabajadores y trabajadoras, a los empresarios, a los agricultores, a los pescadores, a los empresarios, a la salud y a la infancia, a la educación, la investigación, las infraestructuras. Si queremos una Europa por y para los ciudadanos; activa en la lucha por la paz en el mundo y en la defensa de los derechos humanos y la democracia; equilibrada en lo territorial y cohesionada socialmente, tenemos que participar con nuestro voto. Si Europa se juega mucho, Andalucía también.
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