[LARPSICO] ¿Ausencia de 'cultura preventiva' en la industria cultural?: crecen las denuncias por violencia sexual contra cineastas
No es la primera vez que en esta web científico-divulgativa damos cuenta de una información relativa a la existencia de violencia sexual en los entornos de trabajo, así como a los diversos tipos de reacciones que adoptan las empresas y organizaciones para erradicarlas, constatadas y, de futuro, prevenirlas. Sin ir más lejos, hace dos semanas se dio a conocer la STSJ Cantabria 904/2023 de 22 de diciembre, que confirmó la nulidad del despido de una trabajadora de restauración por acoso sexual (su superior le hacía comentarios sobre su culo y sus relaciones sexuales). Unos meses antes conocimos la STSJ Murcia 992/2023, 13 de octubre (pdf) que declaró procedente el despido disciplinario de un trabajador (coordinador en un Hipermercado) por acoso sexual a una compañera (tocamientos no consentidos, lo que los convierte en conducta gravemente inapropiada e inaceptable), que trabaja de reponedora.
Es interesante este caso porque evidencia que no es una conducta aislada de este trabajador. Se expresa en la carga de despido que
“Todo el personal femenino con el que habitualmente usted se relaciona se ha acostumbrado ya a recibir ese tipo de comentarios, miradas explícitas y expresiones en su lugar de trabajo, por lo que a la mayoría al principio les molestaba, pero algunas personas ya se han acostumbrado y, directamente, le mandan a paseo sin darle mucha importancia, hecho que no provoca en usted el mínimo desánimo pues a pesar de ello incide usted continuamente. Sobre dichos comentarios no es posible determinar una concreción temporal al tratase de una conducta continuada. (…)
A raíz de un tocamiento del muslo que realizó a la citada compañera, se activó la Comisión Instructora de Tratamiento de Situaciones de Acoso. Recibió una solicitud de intervención formulada por el Sindicato FASGA que dio lugar a la tramitación del proceso descrito en la Disposición Final Segunda del Convenio Colectivo. La sanción fue despido.
Es interesante este último caso a efectos de la cultura preventiva de este tipo de riesgos psicosociales, incluidos expresamente en el Convenio 190 OIT, pendiente de que sea desarrollado en España, una vez que entró en vigor el 25 de mayo del año pasado, pues ofrece una imagen de cierta “normalización de la violencia sexual” en el trabajo. Y, precisamente, si de “normalización”, por supuesto inasumible hoy, de la violencia de este tipo en una actividad profesional hablamos aparece siempre, por su especial actualidad, la industria del cine. El movimiento “Me too” (Yo también) se impulsó (tiene un origen anterior -2026- y afecta a diferentes ámbitos) en este gran sector de actividad artística y cultural, sobre todo en Hollywood, y no cesa de producir situaciones de denuncia de este tipo, también en España. Hace unos días conocíamos, por ejemplo, que otras 3 mujeres más acusan a un célebre cineasta español de violencia sexual. Y no es el único.
Dado que buena parte de las personas acusadas de posibles conductas de este tipo mantienen relaciones de trabajo autónomo, no asalariado, no es posible aplicar las sanciones de despido. Pero eso no quiere decir que no deriven consecuencias o efectos importantes, económica y profesionalmente, pues que están conllevando la cancelación de películas de algunas plataformas o la retirada del cine español (“Yo asumo la parte que me toca de culpa por supuesto y la acepto y entre ella está pues abandonar el cine y todo lo laboral” -ha declarado un director canario de cine-).
Como es habitual en nuestras entradas-noticias de actualidad en materia de la gestión de riesgos psicosociales en los entornos de trabajo, aquí solo pretendemos dar a conocer las situaciones extendidas y, sobre todo, llamar una vez más a la cultura de la prevención de este tipo de situaciones de acoso y violencia, sin duda riesgos laborales psicosociales, que merecen mayor atención. No solo porque lo digan las leyes, las viejas y las más nuevas, tampoco solo porque sea un valor constitucional de civismo en todo tipo de actividades, al ser social, sino porque tiene también consecuencias muy duras, para quienes la sufren, pero también para la sociedad y la economía en su conjunto. Una vez más, debemos estimular la cultura de prevención de riesgos, por supuesto en todas las actividades humanas, pero más aún en el mundo de la cultura a secas (o mejor, en todo su esplendor).
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