[LAOGEN] LAOGEN participa en la Semana internacional CARE4CARE. Facilitando el diálogo social en los servicios de cuidado
Con el envejecimiento de la población, el sector de los cuidados va a ser una parte esencial del sistema de bienestar en toda Europa. El Proyecto Europeo CARE4CARE4, constituido por un consorcio de seis países Europeos - Alemania, Italia, España, Polonia, Suecia y Francia - aborda este tema de los cuidados desde una perspectiva de género, dado que es un sector muy feminizado.
La semana del 18 de marzo del 2024 se han mantenido diversas reuniones en todos los países miembros del consorcio, con entidades implicadas en el sector del cuidado para reflexionar sobre el contexto jurídico del sector, estudiar los riesgos y las condiciones de vulnerabilidad de las personas empleadas en dicho sector y fomentar sinergias para aumentar la concienciación y comprensión de sus derechos.
El equipo de España está constituido por los miembros de LAOGEN, Francisco J. Medina, Inés Martínez-Corts, y Veronika Kurádchik Pekárskaya que se han reunido en la Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla con algunas entidades del sector como:
- Asociación de Alzheimer A.F.A. Nuestros Ángeles
- Confederación Andaluza de Alzheimer y Otras Demencias (CONFEAFA)
- Asociación de Alzheimer de la Vega
- Unión General de Trabajadores (UGT)
- Asociación de familiares de enfermos/as de Alzheimer y otras demencias de Dos Hermanas "AFA Dos Hermanas" y Asociación utrerana de familiares de enfermos/as de Alzheimer Ntra. Sra. del Consuelo "AFA Utrera"
- Asociación Comisión Católica Española de Migración (ACCEM)
- Centro Social María Inmaculada
- Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental (COP-AO)
- Círculo Empresarial de Cuidados a Personas (CECUA)
- El Roble SCA - Sociedad Cooperativa Andaluza
- Asociación de Empresas y Servicios para la Dependencia (AESTE)
- Centro de Día Buhaira
En las reuniones celebradas se han abordado varios temas que son muy relevantes para el sector de cuidados. En primer lugar, es un sector muy feminizado, con una tasa que supera el 95% especialmente en servicios como la ayuda domiciliaria interna, donde también se observa una notable presencia de mujeres migrantes.
Se constató que, a pesar de la importancia del trabajo que realizan los cuidadores y cuidadoras, esta labor no recibe reconocimiento social en nuestra sociedad; las condiciones laborales son difíciles; y con una alta sobrecarga de trabajo y falta de personal, lo que hace que el empleo en este sector sea poco atractivo, con altos niveles de rotación y una falta de relevo generacional, ya que el sector está conformado cada vez más por personas mayores.
El sector de cuidados también enfrenta altos niveles de absentismo, tanto en el ámbito público como en el privado, y quienes trabajan en modalidad interna experimentan condiciones especialmente precarias, con largas jornadas laborales, a menudo sin contrato y con tareas que exceden de sus responsabilidades. Un aspecto destacable de las personas que trabajan en la modalidad interna es el aislamiento social, aunque este fenómeno parece variar entre zonas urbanas y rurales. Se han reportado algunas situaciones de violencia y abuso en el lugar de trabajo, que rara vez son denunciadas por las víctimas.
En el ámbito de los servicios de cuidado a domicilio, las trabajadoras suelen trabajar por horas, lo que conlleva una gran fluctuación en sus ingresos debido a cancelaciones o cambios de horario repentinos, y con algunas excepciones no se suele contemplar salarialmente el tiempo de desplazamiento, por lo que es prácticamente imposible que estas personas lleguen a trabajar (y, por lo tanto, cobrar) 8 horas en su jornada laboral.
Aunque la situación dentro de las residencias tiende a ser más regulada que en los servicios a domicilio, hay diferencias significativas entre entidades públicas y privadas, con las primeras ofreciendo condiciones ligeramente más favorables y mayor seguridad laboral.
Se constata falta de formación específica en cuidados para el personal empleado en el sector. Muchas profesionales carecen de la preparación necesaria para enfrentar situaciones complejas, como el cuidado de personas con alta dependencia o deterioro cognitivo.
A pesar de los esfuerzos por cambiar el modelo de cuidados hacia uno más centrado en la persona, existen numerosas barreras, como la falta de financiación y de recursos. Además, en la práctica, los centros de cuidado suelen mantener un funcionamiento estructurado que dificulta la adaptación a un enfoque verdaderamente centrado en la individualidad de los/as usuarios/as.
En conclusión, el sector de cuidados en España enfrenta desafíos significativos desde una perspectiva de género, que van desde la falta de reconocimiento y condiciones laborales precarias hasta la necesidad de una mayor formación y un cambio en el enfoque hacia un cuidado más personalizado y centrado en la persona.
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