El VI Congreso de violencia de género apuesta por las nuevas masculinidades como palanca de cambio social
La reforma de la Ley para la Promoción de la Igualdad de Género en Andalucía, cuyo anteproyecto ya ha sido aprobado en Consejo de Gobierno y debe pasar ahora por trámite parlamentario, pondrá el acento en la coeducación como base para el fomento de nuevos roles igualitarios, en los que la masculinidad se desvincule del control del poder y una posición dominante y comience a identificarse con la empatía, el cuidado, la expresión asertiva de los sentimientos, el respeto y la igualdad. Para ello, la nueva ley fomentará la coeducación en los libros de texto y materiales curriculares de todas las etapas educativas, y pondrá el acento en la formación en materia de género en la universidad para formar al futuro profesorado, figura clave en la coeducación. Así se ha destacado hoy en las conclusiones del VI Congreso para el Estudio de la Violencia contra las Mujeres, en el que se ha dedicado un lugar destacado a la importancia de la transformación de las masculinidades (del rol de los varones en la sociedad) como paso imprescindible para el avance hacia una nueva estructura social igualitaria.
La consejera de Igualdad y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio, ha participado hoy, en el marco de dicho congreso, en la entrega de premios a los mejores artículos científicos sobre la materia, que han sido seleccionados por un comité científico, formado por mujeres académicas referentes de todas las universidades y provincias andaluzas.
Se han presentado un total de 39 artículos científicos, de los que se ha seleccionado como Premio de Investigación del VI Congreso el de “Mujeres mayores y violencia de género en la pareja en Santiago de Chile: el género y la edad en la búsqueda de ayuda", de la doctora y experta en género Paula Sepúlveda Navarrete.
El segundo artículo más valorado, al que se le concede el Premio Honorífico, ha sido “Repercusión en el desarrollo psicológico-conductual de hijos de mujeres víctimas de violencia de género, de las autoras Amparo Castillo Lasierra y Estefanía Delgado Begines. enfermeras del Hospital de Valme (Sevilla).
En tercer lugar han quedado 3 artículos científicos, todos con la misma puntuación: “Amores no tóxicos: los mitos del amor romántico son factores de riesgo de la violencia de género", de las autoras Leonor Borrego Giraldo y Manuela Romero Rodríguez, formadoras y consultoras técnicas; "La discapacidad como factor de especial vulnerabilidad en el protocolo andaluz para la actuación sanitaria ante la violencia de género: desde la invisibilidad al reconocimiento del hecho de ser mujer de pleno derecho” de las autoras Syra Borrás Pruneda y Amalia Suarez Ramos, profesionales del ámbito sanitario; y “Las TICs para acercar las estrategias de autoconciencia y autocuidado a los equipos de profesionales que trabajan en violencia de género", de las autoras María de los Ángeles Manzano Felipe, Mª Irene Fernández Morales y Carmen Pérez García, enfermeras del Distrito Sanitario Bahía de Cádiz-La Janda.
Clausura
Por su parte, la conferencia de clausura se ha centrado en mostrar cómo la cultura androcéntrica ha construido una sociedad con una estructura jerarquizada, donde el hombre ostenta el poder y lo masculino es el modelo universal, reproduciéndose a través de las conductas y roles individuales adjudicados a cada género. A partir de ahí, el congreso ha propuesto la construcción de nuevas masculinidades, que suponen un manera diferente de entender las relaciones y la forma de ser hombre, desde lo femenino, desde el feminismo y desde la igualdad. Una nueva masculinidad que deberá resistir ante la reacción de la masculinidad tradicional y conservadora, que usa más violencia para reivindicarse como hombres, en todos los contextos de forma diferente (en lo personal, en lo social, en lo político...).
Situaciones de especial vulnerabilidad
El congreso, en el que han participado más de 1.500 personas (el 85% mujeres), ha tenido como temática en esta edición las 'Situaciones de especial vulnerabilidad', aquellas añadidas al hecho de ser mujer que pueden dar lugar a una múltiple discriminación, dificultando la prevención, la detección y la actuación ante la violencia de género. Así, durante la jornada de ayer se ha trabajado en torno a tres situaciones específicas de vulnerabilidad: la diversidad funcional y la salud (grupo de trabajo en el que han participado más de 200 personas); el empobrecimiento, la exclusión y otras situaciones de vulnerabilidad (450 participantes) y adolescencia y juventud (750 personas).
La jornada de hoy ha contado con una mesa redonda sobre la edad como especial factor de vulnerabilidad, poniendo la atención en la infancia y las mujeres mayores y ancianas. En el primer caso, se ha destacado que más de 120 menores de edad se han quedado sin madre en los últimos tres años a consecuencia directa de la violencia de género, y al menos 44 han perdido la vida a manos de sus progenitores, 26 durante el régimen de visitas. Una realidad que hasta hace unos meses era invisible en los datos nacionales de violencia de género, aunque desde Andalucía se lleve tratando desde hace años a las hijas e hijos como víctimas directas de la violencia de género (prestándoles acogida, atención psicológica y apoyo integral).
Respecto a las mujeres mayores, la mesa redonda ha abordado las diversas formas de violencia que se ejerce sobre éstas: por omisión (en la satisfacción de las necesidades vitales de una persona mayor por parte de quien la cuida); por acción (malos tratos y violencia en las relaciones íntimas) y violencias consentidas (formas de trato tan arraigadas en lo cotidiano que parecen naturales, como la familiaridad excesiva en el trato, la infantilización en el lenguaje, el control del dinero o del derecho a decidir, entre otras).
El congreso, cuyas ponencias y artículos científicos han sido adaptados por la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) para su lectura digital en formato universal y accesible para todas las personas, ha contado en este segundo día de jornadas con otra mesa redonda sobre imagen, estereotipos y medios de comunicación, en la que se ha analizado el papel de los medios en la reproducción de los roles y prejuicios sexistas, perjudicando "inconscientemente" a todas las mujeres. Ante ello, se ha propuesto una mayor apuesta por la formación, la autorregulación, el apoyo institucional y la acción ciudadana desde una actitud crítica que penalice el consumo de los medios irresponsables.
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