La erosión es uno de los problemas ambientales y económicos de mayor trascendencia, originando la degradación y pérdida de suelos así como la merma de un capital productivo difícilmente recuperable.
La Agricultura es una de las causas de la erosión del suelo, aunque no todas las actividades agrícolas implican las mismas pérdidas de suelo y progresivamente se va aumentando el nivel de protección del suelo con actuaciones como el no laboreo, la implantación y el mantenimiento de cubiertas, conservación de terrazas, gestión forestal preventiva, etc.
La necesidad de conservar el suelo exige el desarrollo de sistemas de manejo y gestión que contribuyan al desarrollo sostenible. En este sentido, se destacan los sistemas de Producción Integrada y Producción Ecológica, así como la Agricultura de Conservación (laboreo mínimo, etc), que evitan pérdidas de suelo y de agua e incorpora medidas de reducción de los procesos erosivos.
Los daños producidos por la erosión se clasifican en dos tipos: in-situ y ex-situ. Los daños in-situ ocurren en el lugar en que se pierde el suelo y su principal consecuencia es la reducción de su productividad, que ha de ser compensada con un aumento de los gastos de cultivo bien sea con mayores dosis de fertilizantes, o una mayor frecuencia de riego. Los daños ex-situ son los que ocurren aguas abajo del origen de la erosión. Estos efectos son mucho más perniciosos por la contaminación que produce la dispersión de las partículas del suelo, los sedimentos, con todos los compuestos adsorbidos en ellas. Un efecto inmediato de esta dispersión es la alteración de las vías de comunicación, como carreteras, vías de ferrocarril, y el aterramiento o colmatación de canales y embalses. Los daños ex-situ tienen una gran repercusión en personas o entidades que no son directamente responsables de la erosión.
En el ámbito estatal existe un Programa de Acción Nacional contra la desertificación.
Además, existe el Inventario Nacional de Erosión de Suelos, que tiene como objetivos detectar, cuantificar y reflejar cartográficamente los principales procesos de erosión en el territorio nacional y determinar su evolución en el tiempo mediante su inventariación de forma continua. Mejora y actualiza anteriores Mapas de Estados Erosivos.
Por parte de Andalucía, la Consejería de Medio Ambiente dispone de informes estadísticos en los que es posible ver la estimación de pérdidas de suelo por provincias y su evolución.