La adopción del control biológico de plagas ha supuesto una gran oportunidad y garantías de futuro para la agricultura bajo abrigo andaluza. Estos métodos de producción permiten al sector lanzar al mercado sus productos hortofrutícolas bajo estándares de calidad diferenciada, respetuosos con el medio ambiente y con garantías sanitarias. Esta diferenciación ha permitido que nuestros productos sean reconocidos y valorados por las principales cadenas de distribución europeas y los consumidores.
Al emplear elementos biológicos se reduce considerablemente el uso de productos fitosanitarios. Los agentes biológicos empleados en la lucha biológica suelen ser bastante selectivos y poseen poca o nula incidencia en otros insectos beneficiosos o de elevado valor en términos de biodiversidad.
Ventajas del control biológico de plagas
El control biológico de plagas en los cultivos hortícolas de invernadero es ya una realidad en Andalucía y debe seguir avanzando hasta implantarse al 100% de la superficie de estos cultivos.
Las ventajas más importantes que aporta esta técnica de manejo de plagas son:
- Disminución del uso de fitosanitarios, en la línea de las nuevas directrices de la política comunitaria.
- Producción sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
- Producción de calidad y con posibilidades de diferenciación frente a competidores.
- Mejor posicionamiento en los mercados, garantía de seguridad y respuesta a las demandas de los compradores europeos.
Técnicas con necesidades de personal técnico cualificado, profesionalización del sector productor.
Igualmente, las técnicas de control biológico son de alguna forma imprescindibles para el manejo de nuevos retos en la sanidad vegetal de nuestros cultivos. La incorporación de la obligatoriedad de la Gestión Integrada de Plagas (GIP), en el manejo de los fitosanitarios, que figura en la Directiva de Uso Sostenible de Plaguicidas, con una proyección de implantación a partir de 2014, muestra el interés que empieza a tener para la Comisión Europea las estrategias alternativas al manejo de plagas convencional, como antesala de la producción integrada.