

La Tuberculosis Bovina es una enfermedad infecciosa limitante del desarrollo ganadero. Está incluida en la lista de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), y es de notificación obligatoria en la UE. Es una enfermedad infectocontagiosa que afecta al ganado bovino produciendo un cuadro crónico, que genera pérdidas económicas por muerte o sacrificio de los animales, decomisos a nivel de mataderos, menor productividad y disminución en la valoración de la leche. Tiene además carácter zoonótico, por lo que adquiere gran importancia en salud pública.
A lo largo de las últimas campañas, la ejecución del programa de erradicación ha conseguido reducir la prevalencia de la enfermedad y los avances conseguidos ponen de manifiesto que se debe seguir incidiendo en la misma estrategia. El programa de erradicación de tuberculosis bovina incluye las siguientes actuaciones sobre los rebaños bovinos de la Comunidad Autónoma de Andalucía:
Todas estas medidas de prevención, control y erradicación deben ser necesariamente complementadas, para que sean efectivas, por prácticas adecuadas de manejo aplicables a la prevención y el control de otras enfermedades infecto-contagiosas.
En Andalucía las actuaciones para la calificación de las explotaciones bovinas se realizan por lo general por veterinarios autorizados por la Administración, bien por veterinarios de Asociación de Defensa Sanitaria Ganadera (ADSG) o por veterinarios del Directorio.
El objetivo final es la erradicación de la enfermedad, considerándose como tal la existencia de una tasa de incidencia de establecimientos confirmados como infectados por el complejo M. tuberculosis no superior al 0,1% en los últimos 3 años, unida al mantenimiento de la calificación oficialmente libre en al menos un 99,8% de establecimientos que comprendan al menos un 99,9% de los animales en al menos esos 3 últimos años y a que el programa de vigilancia de los últimos 3 años haya incluido la vigilancia ante y post-mortem de todos los bovinos sacrificados mediante la búsqueda sistemática e investigación de lesiones compatibles.