LA JUNTA AMPLÍA LA PROTECCIÓN DE LA NECRÓPOLIS Y EL ANFITEATRO ROMANO DE CARMONA
El Consejo de Gobierno ha decidido hoy ampliar la protección de la necrópolis y el anfiteatro de Carmona (Sevilla) mediante la unificación de estos dos monumentos de la época romana en un solo Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica.
La nueva delimitación aumenta de ocho a 16,7 hectáreas la superficie acotada del conjunto, con el fin de salvaguardar sus valores paisajísticos y garantizar que en el futuro puedan llevarse a cabo nuevos proyectos e investigaciones, ya que se trata de un yacimiento aún no totalmente excavado. En este perímetro se incluyen ahora unas antiguas canteras que fueron utilizadas para la construcción de la necrópolis, además de una amplia franja que bordea todo el recinto.
La necrópolis de Carmona, declarada monumento en 1931, constituye uno de los conjuntos funerarios romanos de mayor extensión y en mejor estado de conservación, además de ser de gran interés para el conocimiento de las costumbres de la Hispania prerromana y romana. Situada en el sector occidental de las afueras de Carmona, en terrenos que cruzaba la vía que llevaba a Híspalis, este recinto funerario de incineración fue utilizado durante los siglos I y II. Su tipo de enterramiento más generalizado es el mausoleo colectivo de carácter familiar, formado por una cámara subterránea a la que se accede por un pozo con escalones. Entre las tumbas del conjunto destacan por su espectacularidad las denominadas de Servilia y del Elefante.
El anfiteatro, catalogado como monumento en 1978 y segregado del recinto funerario por la Avenida Jorge Bonsor, se excavó aprovechando la pendiente natural del terreno. En su arena, cuya elipse mide 55 por 39 metros, han quedado una serie de huellas que podrían corresponder a postes de madera que soportaban una cubierta de velas. La entrada, que se sitúa en el extremo oriental, está cortada en la roca en forma de rampa.
Además de integrar en un solo Bien de Interés Cultural la necrópolis, el anfiteatro y las canteras, el decreto aprobado hoy establece también una protección especial para los espacios que rodean la zona arqueológica: un área residencial de 11.937 m2 al oeste, hasta alcanzar la Avenida Jorge Bonsor, y otra de 12.475 m2 en el lado oriental hasta la confluencia de la calle Juan Fernández López con la Carretera Nacional IV Madrid-Cádiz.