DECLARACIÓN INSTITUCIONAL DEL CONSEJO DE GOBIERNO ANTE LA REFORMA DE LA ORGANIZACIÓN COMÚN DE MERCADO DEL OLIVAR
Andalucía tiene un claro liderazgo en el sector del olivar y representa la tercera parte del olivar europeo. Para nuestra región, es un motor insustituible de la economía rural y un elemento de cohesión social y territorial que, además, tiene un alto valor medioambiental. En definitiva es una de nuestras principales fuentes de riqueza.
Las cifras así lo demuestran:
Representa el 26% de la Producción Final Agraria Andaluza, generando 2.350 millones de euros (año 2002).
Del cultivo viven 250.000 familias y ocupa a 22 millones de jornales (30% del empleo agrario).
Es la actividad principal de más de 300 pueblos andaluces.
Contamos con una producción de alta calidad, impulsada por 7 denominaciones de origen, la producción integrada y la agricultura ecológica.
Agrupa a una importante industria agroalimentaria, formada por 833 almazaras y 229 entamadoras.
El aceite de oliva y la aceituna de mesa son unos de los productos más exportados en la balanza agroalimentaria andaluza.
Estas cuestiones hacen que la reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del olivar, que ha planteado la Comisión y que se está debatiendo, sea un factor clave para el futuro de sector oleícola.
En este momento debemos recordar que la reforma de la OCM del olivar de 1998 estableció un período transitorio para disponer de datos fiables sobre el sector. Ya se tienen datos suficientes que confirman lo que ya expresamos hace seis años: esta OCM es insuficiente y discriminatoria, y por ello los olivareros españoles y andaluces han sido los que menos ayuda media han percibido, sufriendo una penalización media del 32%.
Actualmente, la Comunicación de la Comisión Europea al Consejo y al Parlamento, de 23 de septiembre de 2003, amenaza con consolidar las discriminaciones anteriores y originar una fuerte pérdida presupuestaria para las regiones y comarcas oleícolas en las que este cultivo es fundamental e insustituible para su economía.
La reforma de 1998 se basó en datos no fiables, tal y como reconocía la Comisión. La cuota asignada a España no se ajusta a nuestra realidad productiva, como ha quedado plenamente demostrado:
La cuota de 760.027 toneladas de aceite con derecho a ayuda asignada a España es absolutamente insuficiente frente a una producción media de 1.100.000 toneladas.
El ajuste a nuestra realidad productiva supone pasar de percibir el 42,8% actual al 47,8%, lo que equivale a incrementar el presupuesto en 150 millones de euros.
España ha sido el país con más déficit de cuota de Europa, con un 32% de media durante el período transitorio.
Según las previsiones para la próxima campaña 2003/04, sólo Jaén producirá un 30% más que la cuota italiana y percibirá un 30% menos de presupuesto.
Los olivareros andaluces han sido los que menos ayuda media han percibido en Europa (0,30 Euros/kg. de aceite por debajo de la ayuda plena de media).
Con la nueva propuesta, en la que no es necesario la entrega de las aceitunas, se corre el riesgo de perder gran parte de la actividad, el control de la calidad del producto y la transparencia del mercado, así como de padecer posibles fraudes fiscales y alimentarios.
Las elevadas penalizaciones del período transitorio han acentuado la fragilidad de ciertos olivares, obteniendo márgenes muy ajustados, para los que es necesario una aportación adicional. Sin embargo, resulta enormemente desproporcionado destinar el 40% del presupuesto hacia estos olivares, ya que provocaría un fuerte trasvase de fondos entre regiones y zonas productoras, que debilitaría aún más al sector.
Asimismo, no es aceptable ni económica, ni social, ni políticamente, que Andalucía siendo una región líder en producción de aceite y aceituna de mesa, y además región objetivo 1, pueda ver reducido notablemente su presupuesto. Según la distribución de fondos actualmente propuesta, los olivareros andaluces podrían dejar de percibir del orden de 200 millones de euros.
La simplificación que propone la Comisión, de establecer un pago único para las explotaciones de menos de 0,3 has., no es suficiente, ni supone un avance desde el punto de vista social. En Andalucía sólo afecta al 6,48% de las explotaciones y al 0,26% de la superficie. Además, se debe tener en cuenta que los olivares más productivos y, por tanto, que más esfuerzos hacen por mantener la actividad se corresponden con las explotaciones de menor tamaño.
La promoción se presenta como una actuación prioritaria para la apertura de nuevos mercados, sobre todo siendo líderes en la producción de aceite de oliva y de aceituna de mesa.
La producción de aceite de oliva no dispone de un sistema eficaz de sostenimiento de precios y de abastecimiento del mercado con precios razonables para los consumidores.
Por todo ello, el Consejo de Gobierno propone que, ante la próxima reforma de la OCM del olivar, se tengan en cuenta y se respeten los siguientes principios:
1. Incrementar el presupuesto de España de acuerdo con nuestra realidad productiva, por ejemplo, incorporando los ahorros presupuestarios que se puedan producir en la reforma e incrementando la ficha financiera actual.
2. Garantizar el mantenimiento de la actividad, la transparencia del mercado y la seguridad alimentaria, para lo que es necesario condicionar las ayudas a la obligatoriedad de entregar la aceituna en las almazaras, realizar unas buenas prácticas de cultivo y establecer sistemas de control y ajuste periódico de las ayudas.
3. Evitar que se produzca una pérdida de las ayudas en las provincias olivareras andaluzas y asegurar el futuro de todo el olivar. En España, con el incremento presupuestario previsto, sería suficiente para atender las necesidades específicas de los olivares con márgenes más ajustados, sin provocar desajustes entre regiones y tipos de olivares.
4. Simplificar la gestión y avanzar en la equidad social. Para ello sería necesario incorporar al régimen de pago único, sobre la base de datos históricos, a todas las explotaciones que hayan percibido una media inferior a 5.000 Euros. En Andalucía abarcaría al 88% de las explotaciones y 44% de la superficie. En las explotaciones clasificadas como frágiles, este pago único sería compatible con los apoyos complementarios previstos en la OCM.
5. Incluir en la OCM medidas de promoción del aceite y de la aceituna de mesa.
6. Establecer sistemas automáticos para mejorar el funcionamiento del almacenamiento privado.