ANDALUCÍA REDUCIRÁ ENTRE UN 10 Y UN 15% SU PRODUCCIÓN DE RESIDUOS PELIGROSOS ANTES DE 2010
Andalucía reducirá su producción total de residuos peligrosos entre un 10% y un 15% antes de 2010, gracias al fomento de nuevos sistemas de gestión en las empresas. En ese año también se alcanzará el tratamiento de la totalidad de los desechos de este tipo que se generan en la comunidad autónoma. Estas son las principales previsiones recogidas en el Plan de Gestión de Residuos Peligrosos de Andalucía para el periodo 2004-2010, aprobado hoy por el Consejo de Gobierno con el respaldo unánime de todos los sectores implicados.
El nuevo documento, que sustituye al vigente desde 1998, fija sus tres objetivos básicos en la reducción de la producción de residuos (invirtiendo la tendencia actual), la mejora de su gestión y la preferencia por fórmulas de reutilización frente al depósito. Se recogen unas inversiones públicas de 14,6 millones de euros destinadas principalmente a apoyar a productores y empresas gestoras en la modernización de sus instalaciones y sistemas productivos.
Como novedad destacada, el plan también limita la entrada de residuos peligrosos de fuera de Andalucía, con el fin de reducir su tránsito por la comunidad y ampliar la vida útil de los depósitos de seguridad. Estos residuos no podrán superar en cada instalación el 20% de la media de lo que se haya almacenado en los tres últimos años.
Una vez consolidada la gestión de los residuos peligrosos en el ámbito de los grandes focos productores, la nueva planificación se centrará en las pequeñas y medianas empresas y en aquellos residuos que se generan en pequeñas cantidades o presentan un carácter específico (domiciliarios, eléctricos y electrónicos, sanitarios, aceites usados, etc.).
Se establecen así dos modelos diferenciados de prevención, tratamiento y minimización: uno para las grandes empresas productoras (cementeras, siderúrgicas, químicas y petroquímicas, entre otras) y otro para las pymes (talleres, tintorerías, fábricas de muebles, pequeñas fundiciones, etc.). Entre este último grupo se generalizarán las medidas ya iniciadas en las grandes industrias para reducir la producción de residuos en origen, con el fin de alcanzar niveles de minimización de entre el 10% y 15%, según los sectores y bajo el criterio de ecoeficiencia (producir más bienes con menos residuos). Entre otras iniciativas, se prevé la creación de comités sectoriales a través de los cuales la Junta canalizará el asesoramiento técnico que precisan los pequeños productores.
Otra de las mejoras previstas, que ya se aplica con los plásticos agrícolas y los residuos eléctricos y electrónicos, se dirige a implantar sistemas integrales de recogida y reciclaje en los que son los propios fabricantes, distribuidores y comerciantes los que se hacen cargo de la gestión de los residuos a través de agrupaciones autorizadas por la Junta. Esta gestión incluye el ciclo completo de recogida, transporte, almacenamiento, clasificación y tratamiento final (reutilización, reciclaje o eliminación controlada).
Instalaciones
En cuanto a la dotación de nuevas instalaciones, el plan aprobado hoy cubrirá las carencias que aún se detectan en residuos específicos como los procedentes de aparatos eléctricos y electrónicos, equipos de informática, material médico, electrodomésticos y pilas y baterias usadas.
En este sentido, destaca la previsión de impulsar en los dos próximos años la creación de una red de recogida selectiva integrada por 90 puntos limpios de recepción de aparatos, baterías y pilas en desuso, y por otros 26 centros donde se llevarán a cabo los trabajos de separación y clasificación previos al tratamiento final.
Asimismo, el plan establece la obligatoriedad de que los polígonos industriales de nueva creación cuenten con una instalación de tratamiento de residuos peligrosos, mientras que a los ya en funcionamiento se les da un plazo para habilitarla.
Finalmente, los mecanismos de seguimiento y control serán reforzados mediante la culminación el proceso de regularización de los productores con especial atención a las pymes y la informatización y simplificación de los trámites administrativos. También se recoge un programa específico de formación y comunicación dirigido tanto a usuarios como a productores y gestores.
La ejecución del nuevo plan será controlada a través de una comisión de seguimiento integrada por representantes de las administraciones, organizaciones empresariales, sindicatos, asociaciones ecologistas y representantes de los sectores implicados.
Durante la vigencia del anterior plan entre 1998 y 2003, el nivel de tratamiento de los residuos peligrosos en Andalucía se duplicó hasta el punto de que sólo los pequeños productores de algunos sectores quedaron por controlar. La labor de la Junta ha permitido, asimismo, multiplicar por cuatro el número de empresas inscritas oficialmente como productoras más de 15.000 en la actualidad y calcular con mayor fiabilidad la producción real de este tipo de desechos en la comunidad autónoma.
También ha aumentado significativamente el número de empresas autorizadas para gestionar la recogida, el transporte, el almacenamiento y el tratamiento de los residuos, que ha pasado de 35 a 150, con la consiguiente ampliación de la oferta y la cobertura geográfica de la red de instalaciones y servicios.
Durante la primera fase del plan se dotó a Andalucía de una red de instalaciones entre las que se incluyen la planta de inertización de Palos de la Frontera, el depósito de seguridad de Nerva y el complejo medioambiental Verinsur en Jerez de la Frontera. A ellas se suman diversos centros de menor tamaño dedicados a residuos específicos (aceites usados, sanitarios, PCBs, etc.) y un total de 120 plantas de transferencia que se encargan de clasificar el material y hacerlo llegar a su destino final tanto en el interior de la comunidad como fuera de ella.