El Consejo de Gobierno ha acordado declarar Bien de Interés Cultural, con la categoría de Monumento, el antiguo convento de San José de la Soledad en Vélez-Málaga, del que hoy se conservan su iglesia rehabilitada como teatro y el claustro inserto como espacio común en un complejo residencial.
El convento fue fundado por los Carmelitas Descalzos a finales del siglo XVI. Al amparo de su construcción durante los primeros años del XVII surgió el populoso barrio del Carmen. Edificado dentro de los parámetros del manierismo, conservó su función hasta que en el XIX la invasión francesa y las desamortizaciones marcaron el cambio de uso y el irreversible deterioro. Sólo la iglesia permaneció abierta al culto, pero a principios de la pasada centuria se convirtió en teatro. En 1982 se demolió el convento, mientras que la iglesia fue deteriorándose a partir de los años 50 por su falta de uso.
Los restos que se conservan actualmente presentan dos unidades bien diferenciadas: la primera, lo que fue la iglesia y ahora es el Teatro del Carmen tras una estudiada rehabilitación, y la segunda, el claustro, desmontado y vuelto a construir hasta la altura de la cornisa en un lugar muy próximo al que tuvo originariamente.
De la antigua iglesia destaca la fachada principal, que conserva la portada original realizada en piedra arenisca y consistente en un arco de medio punto flanqueado por pilastras sobre las que corre un entablamento con triglifos y metopas. En su interior se conservan restos de cubiertas de tradición mudéjar y vestigios de las pinturas murales que decoraron en su día gran parte del templo. El claustro, de planta cuadrada y con cinco arcos de medio punto en cada lado, representa una buena muestra de la arquitectura manierista del siglo XVII, aunque con la sencillez y sobriedad características de la Orden Carmelita que lo construyó.
La declaración como monumento supone la protección del claustro y de la totalidad del actual Teatro del Carmen (antigua iglesia), salvo la marquesina adosada a la fachada de la calle Pancho López y el pilar situado en la fachada medianera con el conjunto residencial. También se establece un entorno de protección que abarca ámbitos públicos y privados de las calles Magdalena y Pancho López y, sobre todo, de la Plaza del Carmen, que coincide en gran parte con el espacio que ocupó el antiguo convento.
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