Regar en Almería: la Fuente de Rioja (1780)
De todos es sabido que una buena parte de la riqueza de la provincia de Almería tiene sus orígenes en la agricultura. Hoy día, el cultivo bajo plástico sobre todo, los invernaderos, producen cantidad suficiente de verduras, hortalizas y frutas para abastecer a la población local y para vender en mercados nacionales e internacionales, aportando con ello grandes beneficios económicos. Pero además de en estos invernaderos, se sigue cultivando de la manera tradicional en buena parte de nuestro territorio y viviendo de ello muchos almerienses.
Si esto es así hoy en día, el peso de la actividad agrícola era mayor todavía en tiempos pasados cuando la economía era de subsistencia y casi todos los vecinos vivían de lo que producía la tierra, cuando la industria no existía y la agricultura lo era casi todo, cuando se vivía en el Antiguo Régimen.
Por ello, la importancia de tener agua para regar los campos ha sido desde siempre una preocupación en Almería, en una tierra donde el régimen de precipitaciones es escaso y los dueños de tierras tienen que recurrir a distintas soluciones para llevar el agua a los campos. Palabras como fuente, acequia, cimbra, tanda, partidores, etc., están relacionadas con el riego de los campos y en conexión directa con la agricultura local.
Buscar solución a la falta de agua supone invertir gran cantidad de dinero, tiempo y trabajo en proyectos, obras, mantenimiento, etc., y es algo que se puede abordar mejor en colectividad que de forma individual: los gastos que supone una obra se pueden repartir entre los que se van a beneficiar y resultar así asumibles.
Por ello, los vecinos de las distintas zonas agrícolas susceptibles de ser beneficiadas, se han unido a menudo para gestionar mejor el riego de sus tierras. En el pasado y en el presente. Hoy día son frecuentes las noticias en los medios de comunicación referidas a comunidades de regantes, tanto del levante como del poniente de la capital. Comunidades de agricultores que gestionan las aguas con las que riegan, que realizan asambleas, tomas acuerdos, hacen obras, mantienen las infraestructuras, etc.
Esto no es algo nuevo y en el pasado también fue así. Como ejemplo de esta práctica pretérita exponemos, como Documento del Mes de febrero, una escritura pública que se hizo en 1780 ante el notario Francisco Antonio Díaz del Corral. Se trata de un convenio que firmaron los propietarios de tierras de la vega del municipio de Rioja.
Rioja siempre ha tenido una fértil vega que se ha regado con aguas del río Andarax. Como el agua escaseaba en múltiples ocasiones por el bajo o nulo caudal en determinadas épocas y especialmente en verano, los propietarios se unieron en una agrupación para buscar agua bajo el lecho del río, y hacer una fuente que la recogiera y la diera a los campos. Para establecer el procedimiento de construcción y las obligaciones que asumían los comuneros respecto del mantenimiento y conservación de la infraestructura, los labradores y propietarios interesados se unieron y firmaron un convenio.
Por esta escritura sabemos quienes lo firmaron, quienes y como acordaron que gestionarían la sociedad, lo que se quería cultivar, como se iban a repartir los gastos de hacer la fuente, como se repartirían las aguas que se obtuvieran, etc.
Como se puede ver, se trata de un documento importante para la historia económica, social y agrícola de Almería que nos muestra como la lucha contra la aridez y la sequía ha sido una constante en los grupos humanos que se han asentado en nuestro territorio.
María Luisa Andrés Uroz.
- Obligación hecha entre los dueños y hacendados del lugar de Rioxa sobre la construcción de una nueva fuente por María Dolores Segura Del Pino, Historiadora (PDF 64 KB).
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