La nefasta Guerra Civil que enfrentó a los españoles entre 1936 y 1939 originó necesariamente una documentación bastante abundante que testimonia no tanto el escenario de los combates como los efectos que tanto éstos como la inmediata postguerra produjeron en la sociedad civil y en los paisajes cotidianos de la provincia.
El nuevo escenario surgido tras la guerra iba a estar necesariamente marcado por cuatro años de lucha y sus consiguientes repercusiones, como los huérfanos, o los edificios destruidos. Pero también por los efectos sociales producidos a través de la represión postbélica que necesitó el régimen gestado durante la guerra para poder instaurarse de forma efectiva: los fusilados, los presos, los empleados públicos depurados... Y de igual forma, la aparición de nuevos organismos e instituciones sociales -como el Frente de Juventudes o la Sección Femenina- que aglutinaron a los hijos de la postguerra, integrándolos en un sistema de vencedores.
A pesar de su carácter puramente histórico, es ésta una documentación que suele aún abrir fisuras en la memoria histórica de parte de la actual ciudadanía, por lo que aumenta, aún más si cabe, su profundo atractivo tanto para los que vivieron o conocieron los hechos como para los que sólo los escucharon.
