Documentos para la historia de Huelva: la Sociedad
Desde los comienzos de la Modernidad, a caballo entre los siglos XV y XVI, la sociedad llana onubense termina por configurar la que será su estructura básica durante más de tres siglos: la gran masa de campesinos y hombres del mar -que analizaremos con más detenimiento en el apartado correspondiente-; la burguesía mercantil, sobre todo relacionada con los canales comerciales agrícolas y mineros, al interior, y con el tráfico portuario; los artesanos, que producen las manufacturas esenciales para el consumo del resto de los ciudadanos; y en su estrato inferior los esclavos, abundantes tanto por las tradicionales relaciones marítimas de la costa onubense con las del norte de África, mercados esclavistas desde antiguo, como con la vecina Portugal, que sobre todo durante los años de su anexión a la corona de Castilla (1580-1640) aporta un elevado número de esclavos provenientes de sus factorías africana subtropicales.
El nivel de bienes y riquezas poseídas por esta gran masa social era normalmente elemental, suficiente para abordar las necesidades provenientes de la vida cotidiana: un mobiliario básico, el ajuar doméstico, algunas pocas prendas y escasos elementos suntuarios y de adorno. Hasta comienzos del siglo XIX no cambiarán sustancialmente estos niveles de subsistencia para la población en general.
Con el nuevo régimen que se inaugura en esta fecha se asiste a una creciente participación ciudadana en la vida pública, que se acentuará desde fines de la centuria y con los albores del siglo XX: el crecimiento de la instrucción y la educación popular, el desarrollo del asociacionismo, tanto político como deportivo y recreativo, así como el ejercicio político de la ciudadanía. Ello conllevó una mayor complejidad de la vida social, destacando ciertos personajes que actuaron a lo largo de este siglo como motor de la sociedad.
Dentro de su vida cotidiana aparecieron nuevos usos sociales, que forzaron la aparición de elementos curiosos, de los que nos ha parecido interesante destacar los serenos que desde los años 40 comenzaron a ser parte habitual de las calles de la ciudad durante sus noches.