La Capilla de la Virgen de la Antigua de la Catedral de Sevilla
Septiembre 2021
La advocación de la Virgen de la Antigua se remonta en nuestro país a la Edad Media. Desde tiempos remotos esta imagen gozó de gran devoción en Sevilla y, según cuenta la leyenda, se le presentó al monarca Fernando III de Castilla durante la Conquista de la ciudad en el siglo XIII.
El culto hacia esta Virgen fue en aumento. A partir de la segunda mitad del siglo XV sus representaciones se prodigaron, llegando a convertirse en un referente en el devocionario popular, auspiciado por las predicaciones de Fray Hernando de Talavera y las medidas de control de la religiosidad de la población conversa tomadas por las autoridades religiosas locales en 1478. Tras el Descubrimiento de América su veneración se hizo universal y su culto fue extendiéndose a las Indias.
En el siglo XVI proliferaron copias muy exactas, puesto que la presencia de la imagen era requerida, en detrimento de sus distintas versiones, por lo que se localizan en distintos lugares de la Diócesis hispalense, así como en Extremadura, Castilla y Portugal.
Aunque muy apreciada por la pueblo, monarcas y personajes destacados de la época, fue significativo el fervor religioso que despertó la imagen entre los marineros, navegantes y exploradores. Según la tradición, a su protectora se encomendó Fernando de Magallanes con su tripulación antes de su partida a la Especiería en 1519 y en acción de gracias volvió a postrarse frente a ella Juan Sebastián Elcano junto conel resto de los pocos supervivientes de la Primera Vuelta al Mundo, el 6 de septiembre de 1522. Así pues, desde Sevilla, que por entonces era “puerto y puerta de Indias,” la devoción por la imagen hispalense, como aliada contra los indios infieles, fue extendiéndose a las nuevas tierras conquistadas, mediante el comercio y la emigración, a través de las tripulaciones de los navíos.
Una de las representaciones más célebres de la Virgen de la Antigua es venerada actualmente en la Capilla homónima, una de las más grandes de la Catedral hispalense. La noticia más antigua que se tiene de éstadata del año 1411, cuando se describe en el Libro Blanco de la Catedral.
Considerada como la más primitiva muestra de pintura gótica andaluza y una de las antiguas de la Diócesis, se trata de una pintura mural de grandes dimensiones realizada en el siglo XIV (años 1312-1318) en el frente interior de un pilar de ladrillo almohade, situado a la entrada de la Capilla de San Pedro, en la antigua Mezquita mudéjar, que ocupaba el espacio de la actual catedral, frente al mihrab.
La Virgen de la Antigua es representada de pie, en posición frontal, con el rostro levemente girado hacia la izquierda. Tiene una túnica y manto blancos decorados con motivos vegetales de color dorado. El envés del manto es de franjas oscuras y doradas. En su mano derecha porta una rosa de tono claro y en la izquierda sostiene, por encima de la cadera, junto a su pecho, al Niño Jesús, que la mira. Dos ángeles sostienen sobre la cabeza de la Virgen una corona dorada, decorada con un borde de incrustaciones plateadas y una piedra preciosa en en centro. Fue coronada canónicamente en el año 1929. Sobre ambos, en el centro más arriba, otro ángel sostiene una filacteria con la inscripción latina: “Ecce María venit.”
Tras su creación en el siglo XV, la Capilla de Nuestra Señora de la Antigua ha experimentado una serie de importantes reformas, que han alterado su primitiva estructura y ornamentación.
Bajo el patrocinio del cardenal Diego Hurtado de Mendoza y Quiñones, arzobispo de Sevilla, se emprendió un proyecto constructivo del recinto, que eligió para su enterramiento. Bajo la dirección del entonces maestro mayor del templo, Alonso Rodríguez,las obras de ampliación y remodelacióncomenzaron hacia 1486 y se extendieron más allá de la muerte del prelado, en 1502. En ellas intervinieron distintos maestros y el proyecto original sufrió algunas alteraciones, con un estilo híbrido en el que, predominando el gótico, apuntaba al renacentista.
La planta y alzados realizados en este periodo son los actuales y la superficie del primitivo recintose aumentó, doblando tanto su altura como su anchura. También se le dotó de una gran Sacristía, de dos plantas, sacristía alta y baja, comunicadas por una escalera.
El sepulcro del prelado, emplazado en el muro izquierdo, es obra del italiano Domenico di Alessandro Fancelli. Realizado entre 1508-1509, tiene un estilo completamente renacentista y está inspirado en el de Paulo II de San Pedro de Roma.
A finales del siglo XVI se acometió nuevamente una reforma de la capilla (1578-1601), sufragada por el Cabildo. Fue realizada bajo la dirección del arquitecto renacentista andaluz Asensio de Maeda y se centró en el traslado de la imagen titular a su actual emplazamiento, la ornamentación del recinto y la conclusión de la reja principal (1565-1601). Los trabajos de traslado del lienzo de la imagen en el muro, fueron realizados en 1578, mediante un complejo sistema de poleas, cuerdas y estructura lignaria, cuyo manejo corrió a cargo de maestres, contramaestres y hombres de mar empleados al efecto.
En su anterior emplazamiento la imagen tenía un tabernáculo gótico, que fue sustituido entonces por un nuevo retablo (1578-1582), acorde con la mentalidad renacentista, en el testero de la capilla.
En el prebiterio se realizaron las portadas gemelas situadas junto al retablo, así como la reja que separaba éste del cuerpo de la capilla. También unos lampareros, no conservados en la actualidad, y la renovación de la vidrieraa cargo de Sebastián de Pesquera. También se reformó la solería: se normalizó el formato de todas las losas o laudas sepulcrales y en cada una de ellas se identificaron correctamente los allí sepultados.
En 1734 el arzobispo hispalense Luis de Salcedo y Azcona, gran devoto de la Virgen de la Antigua,encargó bajó su patronazgo al andaluz Pedro Duque Cornejo y Roldán, quien participó en mayor o menor medida en casi todas las obras promovidas por dicho prelado, una nueva reforma de la capilla. Así pues, el 9 de abril de aquel año, en su residencia sevillana y acompañado de su esposa e hijo, el escultor contraía la obligación (pdf) de realizar un retablo para la Capilla, las gradas y el pavimento de éstas, así como un sepulcro para el enterramiento del prelado, según traza ya aprobada. Las nuevas obras debían realizarse a semejanza de lo ya existente en el recinto. Finalizaron en 1738 y la Capilla reformada se inaugurósolemnemente aquel 14 de junio.
El retablo, de jaspe, mármol y bronce dorado parece ser que fue realizado por Juan Fernández Iglesias. La imaginería, en mármol blanco, corrió a cargo de Pedro Duque Cornejo y Roldán. Su traza es típica del barroquismo sevillano: dividido en dos cuerpos, el primero es corintio con tres calles separadas por ocho columnas, destacando en el centro la imagen medieval de su titular. A ambos lados, se disponen San Joaquín y Santa Ana y dos ángeles en el frontón. En el segundo cuerpo, de cuatro columnas, se representan el Salvador en el centro y los dos Santos Juanes - San Juan Bautista y San Juan Evangelista-, a los extremos.
En cuanto al sepulcro, situado en el paramento de la Epístola de la Capilla -muro derecho- fue realizado tomando como modelo el del Cardenal Diego Hurtado de Mendoza y Quiñones (1509). Como éste, se trata de un sepulcro parietal de estilo renacentista, característico del arte italianoe introducido en España por el artífice del de su antecesor, Alessandro Fancelli. Está concebido verticalmente, adosado al muro y compuesto por un zócalo; epitafio central y escudos a ambos lados, así como un clásico féretro con la figura yacente del difunto. Todo ello cobijado bajo un arco de medio punto, apoyado en columnas compuestas de fuste decorado. El conjunto queda rematado con una cornisa con crestería de flameros abalaustrados y cabecitas de ángeles.
En su Testamento (pdf), otorgado ante escribano público el 3 de noviembre de 1739, el prelado manifestó su deseo de ser enterrado en el sepulcro que mandó a realizar en la Capilla a tal efecto:
“ … Mandamos que cuando Dios nuestro señor fuere seruido llevarnos de esta presente vida, nuestro cuerpo sea enterrado, en la capilla de nuestra Señora de la Antigua , como por nuestra especial y antigua veneración,…, a cuyo fin hemos adornado y Illustrado dicha Capilla, assí de pinturas, como de Cantería y plata, y hemos hecho el Sepulcro, para la mayor uniformidad de dicha obra, donde nuestro Cuerpo descanse;...”
Así se cumplió su voluntad cuando falleció en el palacio arzobispal el 3 de mayo de 1741.
En una de las mandas testamentariasdisponía además, para la salvación de su alma, la fundación de una Memoria de Misa Perpetua del Rosario del alba (pdf) en la Capilla de la Virgen de la Antigua:
“… Mandamosse funde una Memoria de Missas perpetuaen dicha Capilla de Nuestra señora de la Antigua, por nuestra Alma y demás de nuestra yntenzión, [ tachado: y las qi] con obligazión de que el Capellán que la siruiere aya de dezir Missa al Rosario de madrugada todos los días de fiesta y de trauajo y feriados...”
Finalmente, cabe destacar que entre 1734 y 1738 la Capilla fue ornamentada por una serie de pinturas realizadas por Domingo Martínez. Los lienzos relatan sucesos históricos de la Virgen titular. Concretamente, en el muro derecho, cerca del sepulcro, se representan la aparición de la Virgen a los musulmanes y la traslación de la imagen (1578), con los Santos Leandro y Laureano.
En el Archivo Histórico Provincial de Sevilla se conservan documentos pertenecientes al fondo documental de Protocolos Notariales que testimonian la existencia de esta Capilla de la Catedral Hispalense, exponiéndose algunos de los más destacados relacionados concretamente con la reforma del recinto en el siglo XVIII (1734-1738), proyectada bajo el mecenazgo del arzobispo hispalense Luis de Salcedo y Azcona (1667-1741).
Bibliografía utilizada
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Para saber más
- La Catedral de Sevilla: Capilla Virgen de la Antigua. Disponible en línea
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