Conjunto Arqueológico de Cástulo

La famosa ciudad ibero-romana de Cástulo ocupa una situación estratégica en la cabecera del Valle del Guadalquivir. Tuvo un especial protagonismo en la Segunda Guerra Púnica, el conflicto por el control del Mediterráneo occidental que enfrentó a Cartago con la República romana en el siglo III a.C.

Cástulo fue un importante nudo de comunicación con un acceso privilegiado a los recursos mineros de Sierra Morena, pasando de ser el núcleo de población más importante de la Oretania ibérica, a municipio romano con capacidad de acuñar moneda y a sede episcopal en la época bajo imperial.

Además de la ciudad amurallada de Cástulo, la zona arqueológica comprende una vasta superficie donde se solapan múltiples evidencias históricas. Se encuentran necrópolis, factorías, infraestructuras públicas y otras instalaciones suburbanas relacionadas con la ciudad ibero-romana, pero también otros asentamientos desde la Prehistoria a la Baja Edad Media, que completan el gran valor patrimonial de esta zona arqueológica. Esta compleja secuencia estratigráfica y temporal, además de sus excepcionales condiciones de conservación e integridad, hacen de Cástulo un lugar singular para explicar la Historia de Andalucía.

El día 26 de julio de 2011 se crea el Conjunto Arqueológico de Cástulo. Con esta medida, se resuelve agrupar en una sola institución la zona arqueológica de Cástulo -que ocupa una vasta superficie situada entre las localidades de Linares, Lupión y Torreblascopedro- y el Museo Arqueológico de Linares. Monográfico de Cástulo, sede institucional, ubicado en la ciudad de Linares, a 7 km de Cástulo.

El Museo se dedica especialmente a la antigua ciudad iberorromana de Cástulo, y cuenta con materiales arqueológicos procedentes de áreas muy alejadas de Cástulo, que se incluyen en la exposición, ya sea por su relación con algún aspecto de la historia de esta ciudad, ya sea porque permiten destacar las diversas manifestaciones de una misma cultura en otras áreas geográficas. 

Poco tiempo después del definitivo despoblamiento de la ciudad en el siglo XV, su emplazamiento fue visitado por humanistas como Andrea Navagero o Ambrosio de Morales, que iniciaron una tradición de estudio y recuperación de los vestigios mantenida hasta nuestros días.

En el siglo XVII es de destacar la obra de Gregorio López Pinto, Historia apologética de la muy antiquísima ciudad de Cástulo (1656), que nos legó la primera descripción general del yacimiento, un lugar del que destacó su fuerte amurallamiento en el que ubicaba cuatro puertas principales, situadas en los cuatro puntos cardinales. López Pinto encontró sin duda una ciudad arrasada, aunque no lo suficiente como para que no pudiera observar trazados de calles y espacios abiertos que identificó como plazas, como relata en su descripción de la ciudad.

Junto a la descripción del sitio, en su obra destaca la elaboración de un plano de la ciudad de Cástulo, la primera idealización realizada sobre la ciudad en la que nos muestra sus murallas y algún edificio que existían en el momento, como la ermita de Santa Eufemia.

Tras la creación del Museo Arqueológico de Linares en 1956 a instancias de Rafael Contreras de la Paz, que trabajó para crear el Museo y para la adquisición por parte del Estado de los terrenos de Cástulo, se llevaron a cabo investigaciones por parte de renombrados investigadores como Claude Domergue, Álvaro D'Ors, Gloria Trias o Antonio Arribas.

Desde el año 1969 sería José M.ª Blázquez quien se encargaría de dirigir las investigaciones en Cástulo, con intervenciones arqueológicas que se mantuvieron hasta 1991. Desde esa fecha y hasta 2011 ha sido la Administración autonómica la que ha promovido trabajos de excavación, restauración, consolidación y mantenimiento de Cástulo, así como del Museo.