La alegría ; El monte ; Martín Pescador ; Trágica farsa de El discreto enamorado

Información general

La alegría ; El monte ; Martín Pescador ; Trágica farsa de El discreto enamorado
Autoría
Marilia Samper, Antonio Raposo, Jorge Dubarry y Rafael José García Guzmán
Editado por
Consejería de Turismo, Cultura y Deporte. Junta de Andalucía
Publicado en
Sevilla
Año de publicación
2022
Precio
10,00 euros
Tipo
Libros
Soporte
Papel
Ref.
272 p. ; 19 cm.
Idioma
Español
Colección
Textos Dramáticos ; 28
ISBN
978-84-9959-438-5
Materias
Artes escénicas - Teatro

Resumen de la publicación

En 'La Alegría', salta a la vista la propuesta de Samper a la hora de dignificar desde las tablas la realidad de la actual clase obrera alejándose de tópicos manidos y  de etiquetas generalmente inservibles. La autora muestra sin paliativos los  problemas cotidianos de este sector de la sociedad quedando manifiesta  su crítica y su defensa con una pieza -cuyo título contiene varias capas de  significado, entre ellas, ironía y esperanza- que nació y se gestó en el seno  de la Sala Beckett, donde ella pertenece como firma. ‘El monte’ de Raposo es un sobrecogedor drama sobre nuestra memoria histórica desarrollado a modo de cinta cinematográfica. Las peripecias de los personajes y los giros de guion convierten esta pieza de Antonio Raposo en un ejemplo de los sempiternos paradigmas amor/cobardía-rendición/sometimiento. Todo en su conjunto constituye los pilares de la obra. El título recoge el poder de la naturaleza en su rol de cómplice. Agridulce comedia, en ‘Martín pescador’ parte Dubarry de una atmósfera ornitológica al bautizar a su elenco con nombres de aves: unos que intentan despegar el vuelo, como Martín Pescador, otros que buscan el arrullo amoroso, como La Tórtola; o aquel que pretende quebrar los deseos de éstos, como El Quebrantahuesos. Con ‘Trágica farsa de El discreto enamorado’, Rafael García Guzmán nos sitúa en un género con intención crítica y en una época con sabor a Siglo de Oro. Dedicada “a idiotas y gentes del Teatro”, en una Málaga antigua –y no tanto–, su mentidero y su puerto serán un jugoso campo de batalla en el que lo metateatral aparece de manera intermitente para que no se nos olvide que todo esto es un juego escénico más; que es la diversión por la diversión, puro teatro en un pasado reseteado y juglaresco.