Declaración Europea sobre los Derechos y Principios Digitales para la Década Digital
Fue presentada por la Comisión Europea el pasado 26 de enero de 2022 con el objetivo de ofrecer a todos un punto de referencia sobre el tipo de transformación digital que Europa promueve y defiende, sirviendo de guía para los responsables políticos y las empresas en relación con las nuevas tecnologías
La Comisión Europea, con la aspiración de capacitar a las empresas y a las personas para un futuro digital sostenible, más próspero y centrado en el ser humano, presentó el 9 de marzo de 2021 una visión y vías para la transformación digital de Europa para 2030. El objetivo buscado por el programa 'Itinerario hacia la Década Digital' es reforzar el liderazgo digital de la UE promoviendo políticas digitales integradoras y sostenibles al servicio de los ciudadanos y las empresas, introduciendo una nueva forma de gobernanza basada en la cooperación entre los Estados miembros y la Comisión para garantizar que la Unión cumpla conjuntamente sus aspiraciones.
La Comisión, para hacer frente mejor a las carencias de la UE en materia de capacidades cruciales, facilitará la rápida puesta en marcha de proyectos plurinacionales que combinen inversiones con cargo al presupuesto europeo, los Estados miembros y la industria, y aprovechen el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia y otros fondos de la UE. En sus planes de recuperación y resiliencia, los Estados miembros se han comprometido a dedicar al menos el 20 % a proyectos digitales. Entre los posibles proyectos plurinacionales cabe citar una infraestructura paneuropea interconectada de tratamiento de datos, el diseño y despliegue de la próxima generación de procesadores fiables de baja potencia y administraciones públicas conectadas.
La Brújula Digital para Europa con el horizonte del año 2030 gira alrededor de cuatro polos:
- Una ciudadanía con capacidades digitales y profesionales del sector digital altamente cualificados: Llegado eso año, al menos el 80 % de todos los adultos debería tener competencias digitales básicas y debería haber veinte millones de especialistas en TIC en la UE, con más mujeres adoptando este tipo de trabajo
- Transformación digital de las empresas: Tres de cada cuatro empresas deberían utilizar en 2030 servicios de computación en nube, macrodatos e inteligencia artificial; más del 90 % de las pymes debería alcanzar al menos un nivel básico de intensidad digital; y el número de unicornios (compañías tecnológicas que alcanzan un valor de mil millones de dólares en algún momento de su proceso de levantamiento de capital sin cotizar en bolsa) de la UE debería duplicarse
- Infraestructuras digitales seguras y sostenibles: Con ese horizonte, todos los hogares de la UE deberían tener conectividad de gigabit y todas las zonas pobladas deberían estar servidas por redes 5G; la producción de semiconductores de vanguardia y sostenibles en Europa debería representar el 20% de la producción mundial; deberían desplegarse en la UE diez mil nodos externos muy seguros y climáticamente neutros; y Europa debería tener su primer ordenador cuántico
- Digitalización de los servicios públicos: Todos los servicios públicos clave deberían, llegada esa fecha, estar disponibles en línea, y toda la ciudadanía debería tener acceso a su historial médico electrónico y un 80 % de esta debería utilizar una solución de identificación electrónica.
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión, se refirió a este asunto asegurando que "Europa tiene una oportunidad única de reconstruirse mejor. Mediante el nuevo presupuesto plurianual y el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, hemos movilizado recursos sin precedentes para invertir en la transición digital. La pandemia ha puesto de manifiesto hasta qué punto las tecnologías y capacidades digitales son cruciales para trabajar, estudiar y mantenerse en contacto, y qué aspectos deberíamos mejorar. Ahora debemos hacer de esta la Década Digital de Europa para que todos los ciudadanos y empresas puedan acceder a lo mejor que pueda ofrecer el mundo digital. La Brújula Digital de hoy nos ofrece una visión clara de la manera de conseguirlo".
Principios de la Declaración
La Declaración Europea sobre los Derechos y Principios Digitales para la Década Digital, firmada el 15 de diciembre de 2022 por el Consejo, el Parlamento Europeo y la Comisión, busca asegurar que la apuesta europea por la transformación digital esté plenamente alineada con los derechos fundamentales, incluyendo la protección de datos y la igualdad de trato, con principios como la neutralidad tecnológica y de la red y la inclusividad, y con el compromiso de mejorar las habilidades y competencias digitales, fomentar un ecosistema de educación digital de alto rendimiento, proteger los derechos de los usuarios en el entorno digital, garantizar la libertad de los medios de comunicación y luchar contra la desinformación.
Para ello, comprende principios y derechos clave en materia de transformación digital, tales como el carácter central de las personas y sus derechos, el apoyo a la solidaridad y la inclusión, la garantía de la libertad de elección en línea, el fomento de la participación en el espacio público digital, el aumento de la seguridad, la protección y el empoderamiento de las personas, y la promoción de la sostenibilidad del futuro digital.
En palabras de Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva para una Europa Adaptada a la Era Digital, lo que busca la UE son "tecnologías seguras que sirvan para las personas y que respeten nuestros derechos y valores, también cuando usemos Internet. Además deseamos que todo el mundo esté capacitado para participar activamente en nuestras sociedades, cada vez más digitalizadas. Esta declaración nos ofrece un claro punto de referencia en materia de principios y derechos en el mundo online".
Estructura de la Declaración
Configurada como el punto de referencia que deben tener en cuenta tanto las empresas como los responsables políticos teniendo a la persona, la solidaridad y la inclusión como ejes fundamentales en su desarrollo, la Declaración Europea sobre los Derechos y Principios Digitales para la Década Digital se ordena en seis capítulos:
- Capítulo 1. Reconoce que son las personas las que deben ocupar el centro de la transformación digital, de modo que la tecnología debe beneficiar a todos, en total seguridad y con pleno respeto a los derechos fundamentales
- Capítulo 2. Alude, con objeto de "no dejar a nadie atrás", a los conceptos de solidaridad e inclusión y advierte que será necesario desarrollar "marcos adecuados para que todos los agentes del mercado que se beneficien de la transformación digital asuman sus responsabilidades sociales y hagan una contribución justa y proporcionada a los costes de los bienes, servicios e infraestructuras públicos, en beneficio de todos los europeos". Se recoge el derecho de todos a la educación y formación digitales, a unas condiciones de trabajo justas y equitativas, a la desconexión y al acceso en línea a “la totalidad de los servicios públicos esenciales de la Unión”, lo que incluye una identidad digital accesible, segura y fiable. Y reconoce, además, la necesidad de que la ciudadanía tenga acceso a una conectividad digital asequible y de alta velocidad… de calidad excelente" en el marco de una Internet neutral y abierta
- Capítulo 3. Impulsa, junto con la garantía del derecho a un entorno digital justo, la libertad de elección, con especial atención a las interacciones con los algoritmos y sistemas de inteligencia artificial, en cuyo uso debe garantizarse la transparencia, la no discriminación y la supervisión humana de aquellos resultados que afecten a las personas, evitando que se usen para predeterminar decisiones de la ciudadanía, además de proporcionarse salvaguardias que certifiquen que la inteligencia artificial y los sistemas digitales son seguros y respetan de manera plena los derechos fundamentales
- Capítulo 4. Incide en la participación en el espacio público digital, reconociendo que toda la ciudadanía debería tener acceso a un entorno digital fiable, diverso y multilingüe, con contenidos diversos y que permita participar en el proceso democrático, respetando el derecho a la libertad de expresión en el entorno digital sin miedo a censuras o intimidaciones, contando con los medios necesarios para saber quién controla o posee los servicios de comunicación de los que hace uso. Eso sí, aclara que no se establecerá "ninguna obligación general de supervisión"
- Capítulo 5. Trata sobre un entorno digital protegido y seguro en el que la ciudadanía debería tener acceso a tecnologías, productos y servicios digitales que sean seguros y protejan la intimidad, para lo que resulta esencial la protección frente a la ciberdelincuencia y a los ciberataques y la lucha contra el fomento de la violencia y el odio. Hace referencia también a los derechos a la intimidad y a la protección de datos, así como a que las personas puedan "decidir lo que debe hacerse tras su muerte con la información pública que les concierna". Existe una referencia destacada a la protección y empoderamiento de las personas menores y jóvenes
- Capítulo 6. Mira a la sostenibilidad, referida a que los servicios y productos digitales deberían diseñarse, producirse, utilizarse, eliminarse y reciclarse de manera que se reduzcan en la mayor medida posible sus efectos negativos ambientales y sociales.
Antecedentes
El compromiso de la Unión Europea con la transformación digital en el marco del pleno respeto a los derechos fundamentales y a los valores europeos no es nuevo, ya que aparece reflejada en la 'Declaración de Tallin', de 2017, sobre la administración electrónica; la 'Declaración de Berlín', de 2020, sobre la sociedad digital y el gobierno digital basado en valores; y la 'Declaración de Lisboa', de 2021, sobre Democracia digital con un propósito, son claros precedentes de la Declaración Europea sobre los Derechos y Principios Digitales para la Década Digital.
La Declaración de Tallin, elaborada por 32 países de la Unión Europea y de la Asociación Europea de Libre Comercio y suscrita por España, asume que el diseño y la prestación de servicios públicos digitales estará fundamentado en los siguientes principios, en los que la ciudadanía tiene un papel central: interacción digital; accesibilidad, seguridad, disponibilidad y funcionalidad; reducción de la carga administrativa; prestación de servicios públicos digitales; compromiso de los ciudadanos; incentivos para utilizar los servicios digitales; protección de datos personales y privacidad; mecanismos de reparación y reclamación.
Por lo que respecta a la Declaración de Berlín, establece siete principios fundamentales para la transformación digital, tales como la vigencia y respeto de los derechos fundamentales y los valores democráticos en el ámbito digital; la participación social e inclusión digital para dar forma al mundo digital; el empoderamiento y alfabetización digital; la confianza y seguridad en las interacciones digitales; la soberanía digital e interoperabilidad; los sistemas centrados en el ser humano y tecnologías innovadoras en el sector público; y una sociedad digital resiliente y sostenible.
Finalmente, la Declaración de Lisboa hacia referencia en su texto a conceptos como la identidad digital; la privacidad, protección de datos y ciberseguridad; el acceso, uso y neutralidad de internet; el uso de la inteligencia artificial; la libertad de expresión e información; la libertad de reunión y asociación; la protección y cuidado de los niños y libertad de expresión; la educación digital; las plataformas digitales; los servicios públicos digitales; los derechos de autor y otros derechos de propiedad intelectual; el legado digital; y los recursos efectivos y el acceso a la justicia.
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