Guillermo Weickert estrena en el Teatro Central ‘Luz sobre las cosas’, donde explora los límites del proceso creativo y el cuerpo

‘Electra’, la revisión contemporánea la tragedia griega de Fernanda Orazi, llega a la sala B con entradas agotadas
Andalucía, 23/01/2024
Representación de la obra ‘Luz sobre las cosas’, de Guillermo Weickert

Representación de la obra ‘Luz sobre las cosas’, de Guillermo Weickert

Guillermo Weickert, coreógrafo e intérprete referente de las artes escénicas contemporáneas, estrenará su último proyecto en el Teatro Central, espacio escénico de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte, gestionado por la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales. Será este fin de semana donde además, la actriz y directora de escena Fernanda Orazi representa en la sala B ‘Electra’, una mirada contemporánea a la tragedia griega, con entradas agotadas.

El coliseo sevillano recibe el estreno absoluto de ‘Luz sobre las cosas’, que se presentará posteriormente en el Teatro Alhambra de Granada y en el Mercat de les Flors de Barcelona. Se trata de una propuesta que Weickert comparte con Miguel Marín, creador del espacio sonoro; Benito Jiménez, diseñador de la iluminación, Luna Sánchez y Alberto Lucena en la danza y la interpretación, José María Sánchez Rey en el diseño de la escena, Victoriano Simón en el diseño de vestuario y Manu Meñaca en el sonido inmersivo.

Guillermo Weickert se enraíza en el cuerpo y en el proceso creativo para la gestación de esta nueva propuesta, un ejercicio colaborativo en el que están muy presentes el sonido, la luz y la materia. El coreógrafo se introduce esta vez en la exploración y la curiosidad como punto de partida y confía más que nunca en el espectador para dejarse llevar por las atmósferas escénicas que surjan del proceso creativo. Profundiza, además, en el ritual de la creación, dejando para ello espacios de vacío, oscuridad y silencio, germen de transformación constante.

‘Luz sobre las cosas’ trabaja con conceptos como ‘oscuridad’ o ‘grietas’ como elementos necesarios para alcanzar lo intangible. La propuesta se escapa de mensajes o temas explícitos, pero según explica el propio Weickert, “deja rastros e hilos para que la pérdida del espectador no sea angustiosa, puentes bien construidos y abiertos para que sea fácil generar ese encuentro”. Esta vez, el equipo artístico no conduce en exceso al espectador y deja poca señalética, hay momentos en los que el hilo y las pistas se pierden —porque en la vida también pasa—, pero “existe una responsabilidad para que todo el mundo vuelva sano a casa”. El trabajo de Guillermo Weickert siempre ha sido de confianza total en el espectador, como una forma de horizontalidad y cuidado, pero en esta propuesta se acentúa más si cabe este vínculo. El público encontrará los mensajes en forma de hecho escénico, o en forma de preguntas a resolver con la experiencia íntima personal.

Para este espacio de creación, Weickert ha querido alejarse de tendencias y modas. Son el proceso creativo y la experiencia escénica del propio cuerpo los que han ido moldeando la obra en un diálogo integrador entre diferentes disciplinas. Al igual que la arquitectura se adentra en el espacio y la poesía en la palabra, el coreógrafo se adentra en el cuerpo como pieza angular del ritual escénico. El cuerpo como punto de partida por excelencia. “Es un aspecto tridimensional y perceptivo. Es un espectáculo tanto físico como intelectual. El cuerpo como vía de espiritualidad. La ambición o el deseo es que cualquier racionalidad llegue a través del cuerpo y que cualquier experiencia física pueda ser decantada por la razón”, explica Weickert.

La propuesta se estrena en Sevilla tras forjarse en distintos procesos de creación en residencia artística. Así, la compañía pudo trabajar en el Centro de Creación Coreográfica de Andalucía, de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales; por las residencias artísticas de LAVA (Laboratorio de las Artes de Valladolid), del Centro Cultural de la Villa (San José de la Rinconada), de La Térmica de Málaga y del Teatro del Mar de Punta Umbría, además de haber sido seleccionada en el catálogo de Danza a Escena 2024.

‘Electra’, de Fernanda Orazi, en la sala B

‘Electra’ es la primera incursión de Fernanda Orazi en un texto ajeno, tras más de treinta años de trayectoria en los que ha colaborado con Pablo Remón y Pablo Messiez, entre otros. Fiel al texto de Sófocles, pero mucho más juguetona, la directora cuenta que la obra se fue construyendo durante los ensayos con los actores, en un proceso creativo “sin voluntad de romper o modernizar el clásico, sino de hacer que suceda”.

La obra, que se acaba de estrenar en el Teatro de la Abadía, cuenta sobre las tablas con Juan Paños, Carmen Angulo, Javier Ballesteros y Leticia Etala. Con ellos, y a través de distintos talleres de entrenamiento para actores que dirige Orazi, se ha ido conformando esta pieza clásica revisitada y actualizada desde la contemporaneidad. En ella, la directora coloca su necesidad de desafío y de llevar a escena algo que parece “inactuable”, explica, “porque no podía imaginar cómo se actúa eso, cómo hacer actuable una tragedia como esta hoy, ahora”.

“Me gusta pensar que es más bien un ir hacia los clásicos grecolatinos o un dejarlo venir a nosotros que un “volver”. Volver quiere decir que ya estuvimos allí y por lo tanto que eso “ya lo conocemos”, y no es así en nuestro caso”, cuenta Orazi sobre el proyecto. “Tal vez lo clásico de un clásico sea esa capacidad de donación de experiencia siempre nueva y otra en la medida en que no nos relacionemos con él como algo ya conocido. Da igual de qué clásico estemos hablando, lo que no da igual es si nuestra intención es conquistarlo con nuestros prejuicios o conocerlo”.

 

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