El Presidente del Consejo Económico y Social de Andalucía presenta el Informe sobre la Situación Socioeconómica de Andalucía 2010 al Presidente de la Junta

El informe señala que la economía andaluza se redujo un 0,6% en 2010, una contracción menos intensa según avanzó el año, hasta alcanzar una variación positiva en el último trimestre
Andalucía, 03/11/2011

El Presidente del Consejo Económico y Social de Andalucía, Joaquín J. Galán, ha presentado hoy el Informe sobre la Situación Socioeconómica de Andalucía 2010 al Presidente de la Junta, José Antonio Griñán. Este informe, fruto del debate de los interlocutores sociales y económicos representados en el CES de Andalucía, ofrece, a través de sus diez capítulos, dos estudios monográficos, dos anexos y un resumen ejecutivo, un análisis coyuntural sobre la evolución de la Comunidad Autónoma a lo largo del pasado año, que abarca las diferentes variables socioeconómicas y las relaciona con sus principales contextos de referencia.

El informe sitúa a la economía andaluza en un contexto mundial en el que se aprecian los primeros indicios de una recuperación espoleada por las economías emergentes y en desarrollo, frente a un crecimiento más moderado de las economías desarrolladas, como Estados Unidos (2,9% en media anual) y la Unión Europea (1,8%). En el caso de la Eurozona, el informe hace referencia a un crecimiento a dos velocidades, liderado por Alemania y con caídas de economías como las de España      (-0,1%), Irlanda y Grecia.

En la misma línea de contracción de la economía española, el PIB andaluz se redujo un 0,6%, cinco décimas más que la media nacional, si bien esta disminución se hizo más tenue a medida que avanzaba el año, hasta llegar a una variación positiva en el último trimestre del año, basada en la demanda externa y la leve mejora de los niveles de consumo final de los hogares. De hecho, la vertiente externa de la economía andaluza experimentó una evolución propicia en 2010 y Andalucía se situó como una de las comunidades autónomas más dinámicas, con un aumento de la tasa de apertura exterior. También se incrementaron los flujos de capital exterior hasta los 1.140 millones de euros, frente a los 306 millones de 2009, y el flujo de capital hacia el exterior creció un 98,2%, lo que muestra el proceso de internacionalización de las empresas y la búsqueda de nuevos mercados.

Por sectores, a excepción de los servicios, cuyo PIB aumentó un 0,4%, el resto de actividades productivas registraron caídas en su producción (sector primario -0,9% y actividad industrial -2,6%), especialmente, la construcción y los servicios inmobiliarios, que presentaron un descenso del -6,5%. Esta rebaja en la producción tuvo su reflejo en el descenso del número de empresas, 11.493 menos en 2010, aunque estas siguieron manteniendo la misma distribución sectorial, con predominio de los servicios, y las características de años anteriores, con un elevado grado de atomización empresarial y un 95,6% de microempresas.

El mercado de trabajo se vio afectado de manera significativa por la crisis, con el incremento de las personas paradas, motivado por el descenso de la ocupación y un aumento de la población activa del 0,2%. La reducción de la tasa de ocupación, aunque de manera más moderada que el año anterior, se situó en el 42,3%, y el desempleo aumentó un 11,9%. Al igual que la ocupación, el paro creció con menor intensidad que en 2009, y afectó de manera más acusada a quienes buscaban su primer empleo y a parados de larga duración, así como a la población con menor nivel de formación y estudios.

En cuanto a la población, Andalucía mantuvo en 2010 los mismos rasgos que años anteriores: mayores tasas de natalidad, población más joven, menor envejecimiento y crecimiento demográfico más elevado, de manera que el número de habitantes aumentó un 0,82%, si bien el saldo migratorio perdió peso respecto a ejercicios pasados.

Respecto al capítulo de investigación, desarrollo e innovación en Andalucía, destacaron el incremento del gasto interno en actividades de I+D+i, en una proporción superior a la del conjunto de España, y el aumento notable del número de personas dedicadas a I+D en equivalencia a jornada completa. También se observó un mayor grado de penetración de la Sociedad de la Información y el Conocimiento en indicadores como el uso de las TIC por parte del 90% de las empresas.

En relación con las políticas y factores de bienestar social, se incrementaron un 1,8% los recursos presupuestarios dedicados a la educación y mejoraron algunos indicadores del ámbito sanitario debido a la utilización más eficaz y eficiente de los recursos. Por el contrario, en materia de vivienda no se apreciaron indicios de avance y los recursos destinados a la política cultural y de deportes se contrajeron. En cuanto a los problemas medioambientales, estos pasaron a un segundo plano para la población, desplazados por otras preocupaciones, como el paro y la situación económica y política, y la política de protección social vio incrementados un 11,8% sus recursos presupuestarios, dirigidos, fundamentalmente, a las prestaciones derivadas de la Ley de Dependencia y al aumento del número de beneficiarios de prestaciones por desempleo.

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