Retablo mayor de la Iglesia del Sagrario. Málaga
Información general
Atribuido a Juan Ortiz el Viejo
La información sobre esta intervención está extraída de los informes de ejecución
Datos históricos
El retablo que actualmente preside la parroquia del Sagrario de Málaga procede de la Iglesia de San Pedro de la localidad palentina de Becerril de Campos (Palencia). Se instaló donde ahora está en 1944, en sustitución de otro destruido durante la Guerra Civil. Se trata de un retablo renacentista decorado con esculturas y relieves que desarrollan un programa iconográfico en torno a la vida de San Pedro y San Pablo.
La ejecución del retablo se atribuye al círculo de Juan Ortiz el Viejo, maestro de la escuela palentina, y se fecha a fines de la década de 1540. También se observan influencias de Alonso Berruguete y Juan de Valmaseda. La policromía se realizó años después: en 1568 trabajan en ella Floristán Pérez y Cristóbal de Herrera y en 1584-1585 lo hacen Gómez de Ugea y Simón de Cisneros. La fecha 1565 aparece en el estofado de la peana de la escultura de Eva.
La existencia de fotografías anteriores a 1944, localizadas en los archivos Mas de Barcelona y Temboury de Málaga, fue de gran ayuda para documentar el estado en que se encontraba el retablo antes de su traslado y para colocar las imágenes en su lugar original.
Estado previo
En la Iglesia de San Pedro de Becerril de Campos la planta del retablo se adecuaba a un ábside poligonal. La adaptación del retablo, en 1944, a su emplazamiento definitivo en la Iglesia del Sagrario, de testero plano, llevó aparejado un cambio en sus elementos arquitectónicos horizontales -cornisas y arquitrabes- que fueron corregidos y repuestos en su mayoría.
En el nuevo montaje se alteró la colocación exacta de los elementos constructivos en su lugar de origen, lo que provocó desplomes puntuales, pérdidas de verticalidad y desajustes generalizados. También se transformó el frontón del ático, que anteriormente era más apuntado, se añadieron bustos de ángeles y tableros de fondo dorado y se suplementó todo el retablo con un nuevo banco dorado y policromado.
En general, las condiciones de estabilidad del retablo antes de su restauración eran aceptables, aunque necesitaba actuaciones puntuales de refuerzo, sobre todo en la zona del ático.
La madera se encontraba deteriorada por el ataque de xilófagos, concretamente carcoma (Anobium punctatum de Geer). En particular habían resultado más afectadas las piezas escultóricas, que son de madera de nogal, sobre todo las exentas. Se observaban grietas en la madera de esculturas y relieves, así como zonas astilladas y oquedades en las piezas de la arquitectura.
La acumulación del polvo sobre las piezas del retablo había provocado, por la absorción de humedad, desprendimientos y escamaciones del estuco, los dorados y la policromía. Así mismo se detectaban acumulaciones de cera en lugares donde habitualmente se colocaban candelabros. Pero el problema común que afectaba a la totalidad de la superficie polícroma era la aplicación de una película de goma laca en la intervención de 1944. Esta película se había alterado notablemente en los cincuenta años transcurridos desde entonces y ocultaba los matices de la policromía original. Bajo la capa de goma laca aparecían, según las zonas, repintes al óleo o purpurina.
Descripción de la intervención
Fue necesario desmontar las esculturas exentas, el sagrario, los relieves del ático y los frisos del tercer cuerpo. Esto permitió su desinsectación en bolsas de polietileno con vapores de paradiclorobenceno. Una vez eliminado el polvo también se llevó a cabo, en todo el retablo, un tratamiento de desinsectación de carácter curativo y preventivo mediante impregnación.
La madera se consolidó con Paraloid B-72. Los fragmentos desprendidos y uniones debilitadas se encolaron con PVA; en los casos de extrema fragilidad, con el empleo de espigas de madera. Las grietas y juntas abiertas se rellenaron con resina epoxídica.
Previamente a la limpieza químico-mecánica de los dorados y policromías fue preciso un tratamiento de consolidación y asentado en las lascas y abombamientos. Se realizaron catas sobre la arquitectura del retablo, relieves y esculturas en los diferentes acabados de policromías y dorados, recubiertos por polvo adherido, humos, grasas, barnices oxidados y cera, y se procedió a aplicar un tratamiento individualizado en cada elemento hasta conseguir una limpieza uniforme. La capa general de goma laca que presentaba en su conjunto el retablo uniformizó las diferentes soluciones. Se eligió el isopropanol como base de las fórmulas por su grado de penetración y retención media, frente a la mayor rapidez de los decapantes, así como por su menor toxicidad.
Finalizadas las labores de limpieza se pudo comprobar que la mayor parte de las reintegraciones volumétricas efectuadas en 1944 eran correctas; en cambio se percibía un gran contraste entre los entonados superficiales y la policromía limpia. Por tanto se decidió respetar las reintegraciones de talla y entonar las lagunas de color. En lugares de pequeñas dimensiones se optó por una reintegración puntillista por adición de colores puros de acuarela; en lugares de mayor tamaño se utilizó una reintegración imitativa de acuarela con técnicas aerográficas. Se entonó con colores al barniz.
Como capa de protección se utilizaron distintos tipos y mezclas de resinas sintéticas, dependiendo de las diferentes policromías y dorados.
Durante el desarrollo de los trabajos, en las esculturas de San Pedro y San Pablo se descubrieron sendos pergaminos adheridos a la madera sobre los libros que sostienen ambos santos. Posiblemente pertenecían a un libro de Horas francés, seguramente incunable.