La consejera de Economía señala que, gracias a la gestión del Gobierno andaluz, estos recursos han impulsado la transformación de Andalucía
Rechaza la propuesta de una centralización de los fondos en el nuevo marco
La consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, Carolina España, ha destacado que la excelencia en la gestión de los fondos europeos por parte de la Junta de Andalucía ha contribuido a impulsar la transformación social y económica de la comunidad, tanto en creación de empleo, nuevas infraestructuras de transporte, sanitarias o educativas, en la mejora de viviendas o en el acceso a un mejor suministro de agua potable y depuración de aguas residuales. La consejera ha explicado que Andalucía ha logrado crecer y avanzar en convergencia “con una capacidad gestora quirúrgica en la que se ha aprovechado hasta el último céntimo, entre ellos cada uno de los procedentes de fondos europeos”. “Dinero de Europa siempre ha llegado a Andalucía, pero en cómo lo estamos invirtiendo por parte del Gobierno de Juanma Moreno es donde reside la diferencia con los anteriores gobiernos de la Junta”, añade la consejera.
Durante una comparecencia en el Parlamento, España ha querido concretar el impacto de estos recursos que han ayudado a crecer por ejemplo a más de 45.600 empresas, o se ha traducido en apoyo para contar con 600 investigadores a tiempo completo, mientras que otros 1.100 han podido manejar equipamiento adquirido con estos fondos.
Los recursos europeos han permitido además ampliar la capacidad de producción de energía renovable en 228 megawatios o mejorar la calificación energética de 8.500 viviendas, así como apostar por el transporte público al destinarse a la mejora y construcción de infraestructuras de transporte, como metros o tranvías, que son usadas ya por más de 880.000 pasajeros andaluces. Se han podido construir o mejorar 514 kilómetros de carriles bici y senderos y 914 kilómetros de carreteras.
En materia de agua, los fondos europeos FEDER han contribuido a que 668.000 andaluces tengan mejor suministro de agua potable, y otros 475.000 tienen una mejor depuración de aguas residuales. Asimismo, han servido para rehabilitar más de 5.100 viviendas y construir, mejorar o equipar centros educativos para 363.000 estudiantes andaluces, entre ellos la bioclimatización de 454 centros de 169 municipios. De la misma manera, el apoyo de estos fondos a los centros sanitarios públicos andaluces supone mejoras para más de 8 millones de personas con la construcción de 69 nuevas infraestructuras, entre ellas 7 hospitales y 5 hospitales de día.
Por su parte, el Fondo Social Europeo ha atendido a 1,3 millones de andaluces, la mitad de ellos mujeres. Las distintas iniciativas de este plan se han traducido en que 44.000 personas hayan participado en programas de orientación e inserción laboral, y uno de cada 2 ha mejorado su situación laboral; más de 42.000 personas han sido atendidos por los programas contra la exclusión social, la mitad de los cuales estaba trabajando o buscando trabajo al finalizar el mismo; y se ha apoyado a 15.000 personas sin hogar o residentes en infraviviendas.
Asimismo, estos fondos han dado apoyo en alguno de sus distintos programas a más de 800.000 estudiantes de todas las etapas educativas y usuarios de los servicios complementarios, desde refuerzo escolar a transporte escolar o enseñanzas bilingües. Asimismo, han permitido apoyar a 110.000 estudiantes de FP Superior, destacando el éxito de la FP dual con 88% de los participantes que se han cualificado. Y ha facilitado la incorporación de más de 2.000 docentes adicionales especialistas en necesidades educativas especiales.
Y en materia de empleo joven, más de 53.000 andaluces (la mitad de ellos mujeres) se han sumado a los distintos planes de empleo, con especial incidencia en el ámbito rural o parados de larga duración, de los cuales el 31,4% estaban trabajando a los seis meses de pasar por los programas.
Durante su intervención, Carolina España ha señalado cómo, pese a ser unos recursos estratégicos y una prioridad para el avance de Andalucía, “cuando llegamos a la Junta hace seis años encontramos una gestión de los fondos europeos profundamente deficiente”, con convocatorias de subvenciones demoradas hasta cinco años o expedientes sin justificar que bloqueaban pagos. “Desde 2014 a 2018 sólo se habían certificado 1.509 millones de euros de los más de 10.594 millones del Marco Financiero Plurianual 2014-2020, apenas un 14% del total”, ha detallado, “el resto un 86%, más de 9.000 millones fueron ejecutados en su totalidad por este Gobierno”.
En este sentido, la consejera ha recordado que se tuvo que poner en marcha una orden reguladora de los procedimientos básicos de gestión, para dar seguridad jurídica a administración y a los beneficiarios, e implantar un plan de acción de mejora continua reforzando los controles internos, la digitalización y la auditoria preventiva, lo que permitió corregir errores que habían forzado la devolución de fondos. “Logramos así alcanzar registros históricos de certificación anual, cuatro veces más que la media anterior, y asentar la base de una gestión sostenible y eficiente”.
Mayor ritmo de ejecución y certificación
Se trata en suma, ha dicho, de “una nueva forma de gestionar los fondos europeos, con mejoras de carácter normativo y regulatorio; con mayores controles, tanto previos como posteriores, que garantizan su eficacia; con nuevos equipos humanos de funcionarios en todas las Consejerías con formación específica y capacidad de adaptación que permite adaptarse con flexibilidad y rapidez a los problemas, como vimos con el Covid, reprogramando los diferentes fondos para dar una respuesta ágil y eficaz, y ahora certificamos seis veces más que en el periodo anterior”.
Gracias a estas medidas, ha señalado la responsable de Hacienda, “hemos agotado la dotación de FEDER y FSE del Marco 14-20, con pagos completados y sello final de la Comisión para ambas partidas, enfocadas al sector productivo, cohesión social, servicios públicos e infraestructuras, dentro del plazo permitido hasta 2025”. Y se ha hecho, ha añadido, “multiplicando por cinco el ritmo de ejecución de los fondos, porque al ritmo al que ejecutaban los gobiernos del PSOE los fondos se hubieran necesitado 40 años para completar la ejecución del Marco 14-20”.
La consejera ha subrayado que “esta nueva forma de gestión más eficiente y ordenada se repite ahora con el marco 2021-2027, que supone cerca de 8.500 millones de euros para la región”.
De la misma manera, se ha referido a los Fondos Next Generation EU, “el mayor instrumento de estímulo económico jamás financiado por la Unión Europea”. Andalucía cuenta con una asignación de 4.262 millones de euros, un 17,7% del total, y ha alcanzado ya un nivel del 81% en autorizaciones, y un 67% en disposiciones (2.854 millones de euros). La consejera ha lamentado, no obstante, que este mecanismo diseñado por el Estado sin participación de las comunidades, lo que limita la capacidad de inversión de esos fondos” o la posibilidad de una respuesta directa a las necesidades de la ciudadanía.
El reto de mantener la descentralización
Carolina España ha vinculado esta experiencia con la propuesta de recentralización de fondos que la Comisión Europea ha planteado para el futuro Marco Financiero Plurianual 2028-2034, lo que alejaría estos fondos de cohesión de sus principales destinatarios, las regiones. Un reto, ha dicho, que se suma a la propuesta de mayor prioridad a políticas como defensa, competitividad o transición energética en detrimento de la cohesión social y la ampliación a nuevos miembros con economías más débiles.
Frente a este nuevo escenario, la responsable de Economía ha apostado, como ya ha hecho el presidente de la Junta Juanma Moreno en distintos foros europeos, por mantener la cohesión como pilar esencial de la Unión Europea, “porque una Europa innovadora y fuerte necesita regiones cohesionadas, sin convergencia no habrá mercado único robusto, ni crecimiento sostenible”. Asimismo, ha rechazado la propuesta de una gestión centralizada que aleja las decisiones de la realidad territorial, y ha señalado la necesidad de incluir criterios de vulnerabilidad climática e inversiones en materia de agua para las regiones del sur, además de reclamar presupuestos robustos, acordes a los desafíos que afronta Europa, sin sacrificar la cohesión”. Toca decidir, ha concluido, “si Europa construye equilibrios o profundiza fracturas”.
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