Metodologías para elaborar diagnósticos con perspectiva de género

En el desempeño de los roles sociales femeninos y masculinos - en los que no hay libertad de elección ni para las mujeres ni para los hombres – sigue habiendo una clara jerarquía en las relaciones de género, que coloca en una constante situación de desventaja – que en muchas ocasiones se traduce en una seria amenaza – a las mujeres y a las niñas. La erradicación de la pobreza y el desarrollo humano y sostenible sólo pueden lograrse incidiendo de manera integral sobre las relaciones de género, la situación de las mujeres y las niñas y fortaleciendo el empoderamiento personal y colectivo de las mujeres y de las niñas.

La clave para ello es no hacer suposiciones. Es erróneo asumir que las opiniones de los líderes comunitarios reflejan necesariamente las visiones de las mujeres de la comunidad, que lo que funciona para los hombres funcionará de la misma manera para las mujeres, que hombres y mujeres se beneficiarán equitativa y automáticamente de una acción de desarrollo o que un dato estadístico dibuja un cuadro exacto de las vidas de las mujeres, los hombres, las niñas y los niños englobados en ese dato. Debido a que hombres y mujeres desempeñan funciones distintas y tienen acceso a distintos recursos materiales y simbólicos, sus experiencias, conocimientos, necesidades e intereses pueden diferir.

Visibilizar las diferencias en las vidas de hombres y mujeres, analizar cuáles de estas diferencias se traducen en inequidades y entender las causas y consecuencias de la inequidad en un contexto determinado es el primer requisito para diseñar e implementar intervenciones de cooperación que contribuyan efectivamente al ejercicio de los derechos humanos y al desarrollo de las personas, las comunidades y la sociedad en general. El diagnóstico de género es una herramienta clave para ello.