¿Qué es Innovación? ¿Cuál es el Modelo de Innovación?

La Estrategia de innovación de la Consejería de Salud está fundamentada en un concepto y en un modelo de innovación concreto. Éstos son la llave para entender y también para ser captado por la estrategia. Aproximarse al concepto de innovación requiere, en primer lugar, desaprender las diferentes definiciones incorporadas de la mano de multitud de personas del sector académico, organismos públicos y privados e incluso de la propia normativa legal. Y por supuesto, olvidar la variedad de simplificaciones adoptadas en la comunicación del término. Simplificaciones como: mejora, calidad, novedad, creatividad, talento, investigación, tecnologías, patente, emprendimiento, beneficio económico, sector industrial, empresario…

Concepto de innovación

La Estrategia de innovación de la Consejería de Salud se basa en un concepto de innovación:

  • Inclusivo en las posibilidades o tipologías de innovaciones, medios para conseguirla y agentes relacionados con la misma que considera.
  • Exhaustivo en los requisitos mínimos a cumplir.
  • Estratégico como motor de progreso y desarrollo económico y social y como palanca de transformación y mejora de los procesos y servicios relacionados con el Bienestar Social.
  • Complejo por la incertidumbre y riesgo inherente a la necesaria adaptación dinámica a un entorno cambiante que lleva consigo, por la falta de consenso, por su carácter sistémico…

Este mismo concepto de innovación es aplicado tanto a los resultados finales como a los inputs (a través de los cuales se inicia el proceso de innovación). Los inputs actúan en consideración con:

  • Valores, tales como aprender, colaborar, emprender, crear y arriesgar.
  • Recursos, contando con personas, sistemas, proyectos y un presupuesto global.
  • Procesos, en cuanto a una estructura creada para conducir desde la identificación de las necesidades y problemas, hasta el desarrollo de innovaciones para conseguir el éxito.

Resultado innovador

Los resultados finales vendrán dados por el efecto innovador u outcome, que supondrá la mejora significativa producida una vez conseguido el éxito, es decir, cuando es adquirida y usada por la ciudadanía, profesionales o terceros.

¿Y qué es un resultado innovador? En el marco del SSPA (Sistema Sanitario Público Andaluz), consideramos que un producto, servicio, proceso o forma de organizarse es innovador si reúne, como mínimo, los siguientes tres requisitos:

  • Novedoso, es decir, nuevo o significativamente mejorado respecto a lo existente en un momento y en una ámbito o unidad (de adopción) determinada. La necesaria novedad del resultado obtenido puede ser incremental o disruptiva. No obstante, se aleja/diferencia de las mejoras provenientes de la aplicación de procesos de calidad o de las reinvenciones de algo ya existente.
  • Impacto positivo (o efectos deseables) en valores públicos como la salud, bienestar social y/o sostenibilidad desde la perspectiva social y de la organización. Esta perspectiva social, en la consideración del impacto, tiene en cuenta los efectos tanto en la población afectada como en el entorno social, es decir, en la sociedad en general. La perspectiva de la organización considera el impacto en las diferentes responsabilidades del sistema: regulatoria, de provisión, de gestión, y de generación de desarrollo económico y social en la región.
  • Adoptado con éxito, es decir, efectivamente usado o vendido, por la ciudadanía, terceros (del sector público y/o privado) y/o la organización. Esta adopción puede ser fruto de la efectiva aceptación del grupo de personas usuarias y/o beneficiarias, su entorno, la sociedad y del interés de quien provee la innovación.

Por tanto, la virtud innovadora no se plasma hasta que se obtiene el efecto innovador aunque no esté necesariamente ausente cuando este efecto no se produce. Es decir, las evidencias de que algo es innovador se obtienen a posteriori, cuando sea posible verificar el impacto y la adopción de algo novedoso. Hasta entonces, las evaluaciones sobre su carácter innovador en lo que respecta al impacto y a la adopción se basarán en previsiones de las mismas.

Etapas del proceso

Estas previsiones permiten orientar los objetivos perseguidos a lo largo del proceso previo al logro de una innovación. Un proceso que, bajo la consideración de la gran variedad de posibilidades existentes, pasa, y no necesariamente de forma lineal, por las siguientes etapas:

  • Ideación o generación de ideas que resuelvan problemas y/o aprovechen necesidades u oportunidades.
  • Implementación y/o desarrollo, considerando también la evaluación.
  • Difusión, incluyendo la comunicación, aceptación y adopción o uso.

De los mencionados principios básicos sobre el concepto de innovación (inclusivo, exhaustivo, estratégico y complejo) se deduce una premisa con una gran transcendencia en su definición y evaluación y, por supuesto, en el modelo de innovación en el que se integra: Las características propias de las innovaciones, como son su origen, proceso de desarrollo y, entorno o ecosistema que afecta al proceso, por su área de actividad, conocimientos, cultura, personas, recursos…se consideran independientes del grado de innovación.

Por ello, el fomento de la innovación requiere una visión más abierta en cuanto a:

  • Las características propias de cada una.
  • La consideración del riesgo y aceptación del fallo como un medio para el aprendizaje y avance.
  • La capacitación y reconocimiento de los profesionales para que el talento emerja se valore, comparta, genere nuevas ideas y propicie cambios.
  • El apoyo en la identificación de necesidades, en la generación de ideas y en el desarrollo de las mismas hasta lograr su incorporación, uso o venta, etc.

Modelo innovador

Se hace imprescindible gobernar la innovación para que innovar forme parte de la cultura de las personas que integran la organización y se extienda al resto de la sociedad con la que colabora y a la que se debe.

El modelo de innovación presentado supone una apertura de 360º frente al reduccionismo del modelo tradicional.

El modelo clásico se ha centrado principalmente en la innovación derivada de algunas investigaciones (la lineal I+D+i), asociada con tecnologías y promovida por el sector empresarial. Se trata de un modelo que necesita un cambio de paradigma y una mejor dirección de la innovación, que incorpore todas las formas de innovación y promueva la cooperación entre todas las personas y partes que están directamente interesadas. Así ha sido indicado, desde la primera década del siglo XXI por parte de los sectores académico, gubernamental e industrial.

No obstante, el proceso de adopción de un modelo diferente al tradicional se encuentra íntimamente relacionado con las políticas de evaluación y por ende, las de financiación. Y para ello se hace necesario un impulso de las políticas de estímulo de la innovación más allá del fomento de la invención científica, y una evaluación de la misma que no la reduzca a los indicadores provenientes de la Investigación, como son las patentes y gastos en I+D. Como resultado de ello, la política de innovación debe abarcar la política científica y tecnológica, y no al revés.

Por ello, el modelo de innovación aquí expuesto integra la diversidad de innovaciones, medios para conseguirla y agentes relacionados siempre que el efecto se mida en términos de novedad, impacto y adopción con éxito. Y esto no lo justifica únicamente el amplio espectro de innovaciones que abarca la salud y bienestar, la diversidad de roles que integra una administración y de escenarios en los que colabora. Si no también, el interés por contribuir a una formulación dinámica de una estrategia de innovación basada en el aprendizaje colaborativo de todos los agentes implicados y en el reconocimiento de que en esta variedad y multitud de escenarios tienen cabida diferentes participantes con diversas aportaciones y ganancias particulares en base a una gran variedad de intereses, y por supuesto, en la colaboración para conseguir estos intereses.

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