La salud de trabajadores y trabajadoras en Andalucía
La Encuesta Andaluza de Salud del año 2011 ha mostrado datos relevantes sobre la salud de las personas que trabajan. Del total de personas de la muestra que trabajan:
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Un 38.3% de personas fuma a diario (un 44%, en 2007). Un 41% son hombres frente a un 35.6% de mujeres (48% de hombres y 36.5 % de mujeres, en 2007).
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Un 27.6% de trabajadores/as no hace ningún tipo de actividad física en su tiempo libre (un 46.2%, en 2007). Esta situación de sedentarismo es más habitual entre las mujeres (31%) que entre los hombres (24.9%).
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Más de la mitad de las personas que trabajan (59.9%) comen fruta a diario (un 46.5%, en 2007). Y lo hacen más mujeres (64.6%) que hombres (56.9%). Más minoritario (40.9%) es el consumo diario de verdura (un 22.7%, en 2007), aunque también lo comen más las mujeres (44.9%) que los hombres (37.3%).
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El 40% de las personas que trabajan tienen sobrepeso, sobre todo los hombres (51.8%) frente a las mujeres (28.5%). Son datos generales parecidos a 2007.
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El 14% de los trabajadores son obesos (10%, en 2007), que se distribuyen prácticamente igual entre hombre (14.5%) y mujeres (14%).
Además, el 23.7% de las personas que trabajan reconocen que su trabajo les afecta negativamente a su salud, sin apenas diferencias por sexo. De ese total, un 75.2% tienen dolores de espalda (76.8% mujeres por un 73.6% hombres). Un 51.7% dicen tener dolores musculares y otro 27.6% problemas de sueño (25.5 hombres frente al 29.8% mujeres). Y también más mujeres que hombres dicen sentirse nerviosas o estresadas por el trabajo (58.1% mujeres frente a un 45.6% de hombres) y sufrir dolores de cabeza (40.4% de mujeres por un 25.5% de hombres) a causa del trabajo.
En conjunto, entre 2007 y 2011, se han alterado favorablemente algunas prácticas relacionadas con la salud de los trabajadores, como la reducción global del consumo diario de tabaco –si bien apenas cambia entre las mujeres trabajadoras-; la reducción del sedentarismo o el aumento del consumo diario de fruta y verdura. Sin embargo, y paradójicamente, ha aumentado de 2011 respecto a 2007 el número de trabajadores obesos. Y parece que las mujeres trabajadoras responden peor a las recomendaciones para dejar de fumar. Aún así, insistir que existe evidencia de que un conjunto limitado (y prevenible) de factores de riesgo relacionados con estos hábitos, puede explicar la mayor parte de la carga por enfermedad en la actualidad. Estos factores son: HTA, tabaco, alcohol, colesterol, sobrepeso/obesidad, dieta no saludable, inactividad física y estrés.
Por ello una de las estrategias más costo efectivas para influir en la salud de las personas consiste en desarrollar programas de prevención del consumo de tabaco, de la alimentación saludable o de la actividad física, por ejemplo, teniendo en cuenta los diferentes contextos del lugar de trabajo y los diferentes grupos de trabajadores. Comienza a ser una prioridad en la estrategia de PSLT, modular la intervención en promoción de salud en los centros de trabajo teniendo en cuenta el género de la población trabajadora: algunas recomendaciones en ciertas áreas no pueden ser exactamente las mismas para hombres que para mujeres.