Servicios Ecosistémicos

Los servicios ecosistémicos representan los beneficios tangibles e intangibles que los ecosistemas proporcionan a la sociedad, desde los alimentos que consumimos hasta la calidad del aire que respiramos o las actividades de ocio que realizamos al aire libre. Son pilares fundamentales que sustentan nuestras vidas y economía, la supervivencia y el bienestar.

Existen tres tipos principales de servicios ecosistémicos:

  1. De aprovisionamiento, que proporcionan recursos materiales como alimentos, agua o materias primas (madera, corcho, etc.).
  2. De regulación, los que aún siendo “invisibles” hacen posible o mejoran nuestra calidad de vida; incluyen, entre otros, la purificación del aire o del agua, el ciclo de nutrientes del suelo, la prevención de la erosión o de las inundaciones, la regulación del clima, o la polinización;
  3. Culturales, que se refieren a los beneficios recreativos, espirituales y educativos que obtenemos de la naturaleza.

El deterioro o la pérdida de estos servicios tiene consecuencias importantes en multitud de aspectos de la sociedad y el medio ambiente. Por ejemplo, la degradación de los bosques puede provocar la escasez de agua, la erosión de los suelos y la pérdida de biodiversidad. A su vez, puede llegar a tener un impacto directo en la seguridad y salud pública, ya que los riesgos de eventos extremos aumentan debido a la disminución de su papel en la regulación climática y la purificación del agua y el aire. Por otra parte, toda pérdida de servicios ecosistémicos tiene asociado un impacto económico puesto que, por ejemplo, la productividad agrícola o de productos forestales puede verse reducida al igual que el valor de los servicios culturales, como el recreo o el turismo de naturaleza.

Estudiar los servicios ecosistémicos es crucial para comprender y valorar la interdependencia entre la naturaleza y el ser humano, y para reconocer el verdadero valor de los recursos naturales que sustentan nuestras vidas. Comprender su funcionamiento nos ayuda en la toma de decisiones para una gestión sostenible, fomentando prácticas que mantengan la salud de los ecosistemas y garanticen la continuidad de estos servicios vitales para las generaciones presentes y futuras. Asimismo, al considerar los servicios ecosistémicos en las políticas económicas, se puede valorar adecuadamente la naturaleza como un activo vital, fomentando la inversión en la conservación y restauración de ecosistemas.

Paisaje de dehesas con vacas

En la Agencia existe un grupo de trabajo multidisciplinar que se dedica al estudio de estos servicios naturales, claves para el bienestar humano. El equipo está compuesto por profesionales de distintas disciplinas, como biología, ciencias ambientales y del mar, ingeniería, geología y economía, entre otras. Juntos colaboran en la investigación y análisis de estos servicios esenciales para entender su impacto en el bienestar de las personas. La diversidad de perspectivas aporta una riqueza de conocimientos que permite un análisis integral de los ecosistemas y sus servicios. Este enfoque integrador no solo abarca la comprensión científica de los procesos naturales, sino que también considera las interacciones sociales, económicas y culturales que influyen en la gestión y preservación de estos valiosos servicios.

La convergencia de diferentes disciplinas promueve soluciones globales y sostenibles más efectivas. El trabajo conjunto de estos profesionales demuestra que la protección del medio ambiente va de la mano con el progreso social y económico, y que la inversión en la protección de nuestros recursos naturales es una inversión en el futuro de todos.

Aprovechamiento corcho con ayuda de mula

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