[LARPSICO] La persistente pandemia acrece la alerta por el incremento del burnout: el 39% de la población española lo padece
Con el exponencial crecimiento de los contagios por covid19, que también están afectando, una vez más, de forma significativa, al personal sanitario, crece la alarma por el “agotamiento profesional y emocional” de este colectivo, tan sobrecargado de trabajo como fatigado emocionalmente. Se suceden episodios de este tipo por el territorio español y el sentimiento de agotamiento físico y emocional generalizado se extiende:
«Tengo compañeras, grandes profesionales de los pies a la cabeza, que me dicen que son incapaces de levantarse para ir a trabajar. Tienen ansiedad, depresión... es un cúmulo de muchas cosas. El cuerpo de pronto no puede más y peta. Lo hemos dado todo un turno detrás de otro y otro y otro... Algunas me cuentan que vomitan o son presas del llanto antes de ir a trabajar».
Aunque no debe confundirse este tipo de agotamiento psicofísico con el burnout propiamente (en este caso, al agotamiento sucede tanto la despersonalización y cinismo como la desmotivación), lo cierto es que este contexto de pandemia resistente y con un crecimiento exponencial, donde la incertidumbre y la impotencia aumentan, son cada vez más los estudios que evidencian un aumento significativo del síndrome de desgaste profesional o “síndrome de burnout”. Los principales indicadores de este problema de salud psicosocial laboral, reconocido como tal por la OMS (CIE-11) y cuya entrada en vigor se ha fijado para el próximo 1 de enero de 2022, son agotamiento psico-físico generalizado, despersonalización y cinismo (incluye aislamiento). El Informe “Resetting Normal: redefiniendo la nueva era del trabajo, Adecco, 2021) estima que, en la población española, la prevalencia de este síndrome es del 39 % (prácticamente cuatro de cada diez personas empleadas) desde que arrancó la pandemia.
España se sitúa, de este modo, por encima de la media comunitaria. Supera de forma clara a países como Francia, Alemania y Suecia. En cambio, se mantiene por debajo de otros como Italia y Grecia (o Polonia y Rumania). Finalmente, su nivel se sitúa al de otros países europeos como Noruega o, fuera de Europa, Canadá o Estados Unidos (vid. Gráfico, obtenido de la publicación divulgativa 20 minutos).
Gráfico. Personas empleadas en el mundo que manifiestan haber sufrido 'burnout'
Naturalmente, en un escenario de recrudecimiento de las olas pandémicas es especialmente apremiante tomarse más en serio los problemas de salud psicosocial en el trabajo. En España, a 4 de cada 10 managers no les ha resultado fácil manejar a sus equipos en temas de salud mental (41%) y agotamiento o burnout (43%). A nivel global, a la mitad de los gerentes les resulta difícil identificar cuándo el personal puede estar padeciendo problemas de salud mental (47%), o exceso de trabajo (49%). Por países, en Rumanía (77% salud mental; 76% burnout) y en Australia (60% salud mental; 66% burnout) se encuentran las personas directivas con mayores dificultades a la hora de reconocer estas enfermedades entre sus empleados. En el lado opuesto se sitúan Francia (29% salud mental; 30% burnout) y Japón (19% salud mental; 20% burnout), donde los mandos superiores dicen tener más facilidades para distinguirlos. En suma, parece que el imperativo de prevención de riesgos psicosociales tiene todavía mucho camino que recorrer para dar efectividad a las obligaciones preventivas.
Es de confiar que la recientemente aprobada Estrategia de Salud Mental 2002-2026 facilite políticas publicas y de empresa que contribuyan a corregir esos crecientes problemas de salud, no solo pública, también laboral.
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