[LARPSICO] Primero fue la Comunidad Valenciana, ahora Portugal: nueva evidencia de que la jornada de 4 días favorece la salud mental
Como es sabido, España está plenamente inmersa en el debate por la reducción de jornada de trabajo. El Gobierno está plenamente decidido a impulsar una reforma del ET que vaya reduciendo progresivamente la jornada semanal hasta las 37,5 horas en la norma legal (hoy está en 40, aunque la media en los convenios colectivos es menor de forma notable, si bien se hacen a la semana más de 6 millones de horas extras, lo que hace que, en la práctica, la jornada sea mayor al promedio convencional), mientras que los interlocutores sociales parecen proclives a un acuerdo de diálogo social para llevar a cabo esa reducción. Existe, pues, un significativo consenso social en este fin, también en la población trabajadora, pues 2 de cada 3 personas trabajadoras en España apoyan la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas, de modo que trabajar menos tiempo se considera condición para una mejor calidad de vida, según una reciente encuesta
Ahora bien, más diferencias hay en el cómo afrontar esa reducción de la jornada. Para el Gobierno una fórmula sugerente es promover la reducción de los días de trabajo a la semana, favoreciendo que sean 4, en vez de 5. Para los interlocutores sociales, en cambio, debe haber más flexibilidad, de modo que la reducción se mida anualmente, de conformidad con la práctica mayoritaria de los convenios hoy. Cada empresa y/o sector decidirá como la distribuye, mejorando productividad y bienestar al tiempo.
En este contexto, seguimos conociendo resultados de experiencias relativas a la “jornada de 4 días semanales”, con especial incidencia en la mejora de la salud de las personas trabajadoras. Ahora, tras los primeros informes en proyectos pioneros de los países europeos que primero la han ensayado, como Reino Unido y España (Comunidad Valenciana), Portugal ofrece resultados de sus experiencias igualmente innovadoras. El avance aportado mediante un informe preliminar sobre el proyecto portugués, que tuvo inicio en el verano pasado, presentándose informe definitivo en abril de este año, se completará en abril de 2024, informa que las personas empleadas de las empresas que se adhirieron a este programa mejoraron su salud física y metal durante todo el periodo que ha durado la prueba.
El estudio previo se basa en los datos aportados por 200 personas empleadas, en torno a la quinta parte de la muestra (de 100 personas empleadas), así como por los responsables de las empresas que participaron en el citado proyecto piloto. El 95% de las empresas (41 empresas en total) consideró que los cambios que produjeron para este proyecto son positivos en la mejora de su productividad. Según la plantilla, las mejoras más destacables que se produjeron en ese periodo fueron a nivel de salud mental y física. En este sentido:
- La ansiedad, el estrés y los estados depresivos se redujeron más de un 20 por ciento
- el insomnio un 19 por ciento y la sensación de soledad un 14 por ciento
- Quienes nunca hacían deporte por falta de tiempo disminuyeron prácticamente a la mitad (del 27% al 14,5%)
- Quienes se quejaban de no poder conciliar vida laboral y familiar descendieron del 46% a un 8%. Un dato muy relevante, si se tiene en cuenta que la doble jornada, en especial en las mujeres, es un importante factor de estrés laboral, en especial por razón de género (NTP 1186/2023: Conflicto trabajo-familia o doble presencia como riesgo psicosocial: Evaluación y medidas preventivas)
A resultas de estos datos, se ha comprobado una reducción notable del absentismo laboral y un incremento apreciable del compromiso de las personas empleadas con los objetivos de la empresa. De ahí que se estime la experiencia de cambio en la jornada de trabajo como una notable mejora de la gestión de personas (“recursos humanos”) y ello, como razones prevalentes:
- por la mejora del bienestar en el entorno y la rebaja del nivel de estrés laboral previo (enfoque de salud psicosocial de personas y organizaciones)
- por la mejora de la capacidad de atraer y retener talento, considerado ahora ya por cada vez más empresas incluso como una política de beneficios sociales en alternativa a mayores incrementos salariales.
Justamente, también en España son cada vez más las personas empleadas, sobre todo de las “nuevas generaciones” profesionales, que consideran que la jornada laboral de cuatro días, así como el teletrabajo, son condiciones muy relevantes para decidirse por un trabajo u otro. Estas y otras evidencian ofrecen soluciones adecuadas para que las empresas puedan gestionar de forma adecuada la creciente preocupación que, según encuestas igualmente recientes, dicen sentir las empresas por el aumento de la incidencia de problemas de salud psicosocial en los entornos de trabajo. Si es más que evidente que inadecuadas condiciones de organización y prestación de trabajo son factores de riesgo para el bienestar mental de las personas empleadas, así como para un crecimiento sostenible de la actividad de las empresas, un trabajo bien gestionado es un factor de clara mejor de la salud mental de las personas, al reducir notablemente el estrés, la ansiedad, la depresión y, por tanto, el mayor absentismo, en las empresas.
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