[LARPSICO] La estabilidad en el empleo es un factor de protección de la salud mental, según un estudio de FUNCAS
Que tener un trabajo remunerado (empleo) constituye un factor de protección esencial frente a los riesgos psicosociales de todo tipo, externos e internos a los entornos de trabajo, frente a los que no lo tienen hace tiempo que constituye una evidencia. Así lo viene confirmando, respecto al riesgo de adicciones en la población ocupada, el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA), en sus sucesivas encuestas sobre consumo de sustancias psicoactivas en el ámbito laboral en España (la última, la de 2019-2020). En las personas adultas, la evidencia científica confirma que el paro se relaciona con una mayor probabilidad de consumo de tabaco y con patrones propios del consumo de alcohol de mayor riesgo.
Ahora es FUNCAS, la conocida Fundación de Estudios integrada en la obra social de la Asociación de Cajas de Ahorros y Bancos (CECA), la que, en su análisis monográfico sobre el impacto del trabajo (y del no trabajo) en la salud mental en la población activa (“La crisis de salud mental: más allá de las estadísticas”, Panorama Social, n. 38, 2023), alcanza la misma conclusión respecto de los trastornos psicosociales en general. Así, se estima que la incidencia de los trastornos del estado de ánimo (salud psicosocial) de las personas que trabajan productivamente o para el mercado es la mitad (5,7%) que la de quienes están desempleadas (11,5%) o permanecen inactivas (11,8%). El estudio, que ha sido realizado por Aroa Tejero y Sigita Doblyte, constituye procede de una revisión típica de metadatos, es decir, procede del análisis de diversas encuestas nacionales.
Estos estudios también reafirman la evidencia científica sobre la incidencia de las condiciones contractuales de trabajo bien como factor de protección bien como factor de riesgo, según sean en unos casos y en otros. En esta dirección, si la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo (EU-OSHA) y la Fundación Dublín hace años que nos aportan datos contundentes sobre la inseguridad contractual en el trabajo como uno de los principales factores de riesgo psicosocial en los entornos de trabajo, ahora es el citado estudio de FUNCAS el que lo confirma. Las “desventajas económicas” que derivan no solo del desempleo sino también del empleo menos seguro, o del más precario, son, así, factores de riesgo psicosocial relevantes. En porcentajes
- Las personas asalariadas con un contrato indefinido informan de menor tasa de trastornos mentales (12%).
- Las personas asalariadas con un trabajo temporal perciben una mayor tasa de este tipo de trastornos (en torno al 15%), siendo mayor el índice a menor resulta la duración del contrato
- Las condiciones de trabajo de mayor atipicidad, como puede ser la parcialidad (sin duda porque en España un porcentaje muy elevado de personas a tiempo parcial no querrían serlo, sino que preferirían trabajar a tiempo completo), eleva hasta el 17% la tasa de incidencia de los problemas de trastornos mentales.
Conviene tener en cuenta que este último dato también nos aporta otra información relevante para la gestión preventiva, ahora en clave de género. Como es bien sabido, en ese colectivo de personas trabajadoras atípicas en general, y a tiempo parcial de forma particular, hallamos una marcada representación femenina. Una vez más, pues, tenemos un factor de brecha de género laboral, ahora en términos de mayores tasas de factores de riesgo psicosocial asociadas a las condiciones contractuales de inseguridad-atipicidad contractual en el trabajo. El Estudio ofrece otros datos relevantes para la relación trabajo y salud mental, como es la relativa al factor autonomía en el trabajo.
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