[LARPSICO] El bienestar en el trabajo optimiza el rendimiento creando emociones positivas que inciden en el resto de las actividades de la vida diaria

Andalucía, 08/05/2024
Portada libro. Optimo

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en los estados de salud mental, también en sus reacciones ante los estímulos, positivos o negativos, de las personas tiene una importante incidencia una “componente emocional”. Por eso viene alertando sobre los datos que evidenciarían cómo el aumento de trastornos de salud mental en la población mundial no sólo tendría que ver con sus condiciones externas de vida, dentro y fuera de los entornos de trabajo, sino con la pérdida de capacidades humanas para gestionar (es decir, controlar) las emociones. Estado emocional (ánimo) y estado mental se relacionarían de una forma estrecha. De ahí que, desde hace ahora ya varios años, se ponga el acento en la capacitación para desarrollar herramientas dirigidas a su mejora, como la denominada “inteligencia emocional” (habilidad para gestionar las propias emociones)

Numerosos estudios (no todos ofrecen la misma fiabilidad), informes y libros (algunos auténticos superventas) encuentran una relación directa entre personas con altos niveles de inteligencia emocional con estados de mayo bienestar mental. Por lo que tiende a deducirse que, la potenciación de los útiles de inteligencia emocional ayuda o coadyuva a prevenir un buen número de trastornos psicosociales, como la ansiedad, el estrés y la depresión, dentro y fuera de los entornos de trabajo.  En suma, la inteligencia emocional actuaría como un potente factor de protección frente a los problemas psicosociales, facilitando la gestión de los factores estresores o de riesgo, naturalmente en un plano de índole individual básicamente. Naturalmente, su optimización precisa tanto condiciones de empleo y de trabajo como programas que alienten esa interacción, como dice perseguir el “programa de bienestar integral HEI-Life” del grupo cervecero HEINEKEN, que integra estos servicios en su política de cuidado de la salud integral, por tanto también emocional, a fin de optimizar al tiempo su rendimiento profesional.

Dibujo de corazón y cerebro conectados por un cable

En este escenario, más recientemente, el considerado uno de los mayores “gurús” de la inteligencia emocional, el psicólogo clínico norteamericano Daniel Goleman, en su nueva obra, Óptimo (Editorial Kairós, 2024), profundiza en las interrelaciones entre las mejoras de rendimiento, no solo, pero también, profesional, y la capacitación en las herramientas de inteligencia emocional. De este modo, el que denomina “estado óptimo” de bienestar de las personas pasaría por promover emociones positivas en el trabajo, de manera que un día optimo en la oficina (trabajo) deja emociones tan positivas que influye en el resto de las acciones que conforman nuestra vida ordinaria, porque conectaría más y mejor todas las cosas que se hacen, dándole un sentido unitario, coherente, sin fracturas radicales entre los tiempos de vida.

Por eso ofrece experiencias prácticas al respecto para verificar empíricamente su aserto. En una reciente entrevista para un conocido medio periodístico español reconocía:

"Yo he estado evaluando empresas de Madrid, Barcelona o San Sebastián y, cuando he pedido que me dijeran los directivos o jefes que caen bien, todos eran emocionalmente inteligentes. Gente que sabe gestionar sus emociones y las ajenas. Que es capaz de inspirar y guiar. Y eso no se aplica sólo a los liderazgos, sino que cualquier trabajador puede participar de ese estado".

Confirmaría, así, con datos de experiencia (razón empírica), que las personas con más inteligencia emocional tienen más días óptimos en sus entornos de trabajo, de modo que si, además, ejercen liderazgo, también optimizan los equipos. El resultado sería una menor rotación [síntoma de una mala gestión laboral –“recursos humanos”-], al crear vínculos de fidelización y pertenencia. En esta nueva obra, pues, el célebre autor transita desde la teorización de las virtudes de la inteligencia emocional a la revelación de los métodos prácticos para optimizar las capacidades de rendimiento, las actitudes de empatía y los estados de satisfacción vital. Y emitiría el siguiente mensaje a las empresas que tienden a centrarse en la economía de los datos como medio para obtener su mayor ventaja competitiva:

“los resultados (rendimientos) suelen ser mejores en equipos inspirados que en ambientes de estrés y quemazón [burnout]

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