El turismo se ha convertido, desde hace sólo unas décadas, en un fenómeno de masas que provoca anualmente el desplazamiento de cientos de millones de personas en el mundo, constituyendo una fuente de ingresos y empleo fundamental para muchas regiones y países. (Instituto Geográfico Nacional, s.f.)
España es el segundo destino turístico del mundo, sólo por detrás de Francia, pero superando a países como Estados Unidos, China, Italia, Reino Unido y México, que le siguen en orden de importancia. (Instituto Geográfico Nacional, s.f.) Y dentro de nuestro país, Andalucía resulta un destino turístico privilegiado, tanto por el número de visitantes nacionales e internacionales, como por el impacto de esta actividad en la economía y el empleo de nuestra comunidad autónoma, que se cifró en 2023 en unos 25.000 millones de euros.
Andalucía es una potencial mundial del turismo por sus paisajes, sus playas, su clima, su gastronomía, su gente, su historia o sus monumentos, a lo que se suma que es un sector hiperprofesionalizado que se adapta y se anticipa y que es capaz de ofrecer la excelencia y la calidad que reclaman los visitantes. Los establecimientos hoteleros andaluces registraron en 2023 cerca de los 20 millones de viajeros alojados, y las pernoctaciones llegaron a los 54,2 millones. Para el año 2024, las previsiones apuntan superar los 35 millones de turistas (Junta de Andalucía, s.f.).
Dentro de los colectivos profesionales del sector turístico, el de las camareras de piso se caracteriza por la invisibilidad social, los bajos salarios, el escaso reconocimiento profesional, la elevada intensidad de trabajo y la contratación flexible, temporal y a tiempo parcial, pudiendo afirmarse que se trata de una de las profesiones con mayor precariedad y vulnerabilidad del sector.
Se trata de un sector altamente feminizado, con elevada presencia de población femenina inmigrante, y con escaso, por no decir nulo, valor social. (Martínez Moreno y cols., 2023)
La literatura especializada, así como numerosos estudios sobre la salud de estas trabajadoras, identifican enfermedades profesionales específicas que se relacionan con las tareas habituales asociadas a esta profesión (Martínez Moreno y cols., 2023):
El síndrome del túnel carpiano: reconocido en el Real Decreto 1299/2006 como una enfermedad profesional en aquellos trabajos que requieran movimientos repetidos o mantenidos de hiperextensión e hiperflexión de la muñeca o de aprehensión de la mano. (Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre, por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social y se establecen criterios para su notificación y registro).
La patología tendinosa crónica de manguito de los rotadores, que se manifiesta en trabajos que se realizan con los codos en posición elevada o que tensen los tendones o bolsa subacromial, asociándose a acciones de levantar y alcanzar.
La epicondilitis en brazo y antebrazo, que deriva de trabajos que requieran movimientos de impacto o sacudidas, supinación o pronación repetidas del brazo contra resistencia, así como movimientos de flexoextensión forzada de la muñeca. Se encuentra recogida en el RD 1299/2006 como una enfermedad profesional. (Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre, por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social y se establecen criterios para su notificación y registro).
Las enfermedades derivadas del uso intensivo de las extremidades superiores, y más concretamente de los dedos de las manos, como pueden ser la tendinitis del abductor largo y extensor corto del pulgar; la tenosinovitis estenosante digital o la tenosinovitis del extensor largo del primer dedo.
Las lumbociatalgias, que es el daño padecido en la zona lumbar.
Síndrome neurológico o neurofisiológicos complejos.
O las patologías diversas como cortes, fracturas, hernias discales, cervicalgias, o incluso intoxicación.
A lo anterior habría que añadir que, en los últimos tiempos, no solo el contenido, sino, especialmente, el aumento del ritmo de trabajo impide cumplir con las especificaciones derivadas de la prevención de riesgos laborales en toda su dimensión. En este sentido, la ausencia de medidas preventivas apropiadas y eficaces respecto de la salud física, pero también psíquica como consecuencia de una sobredemanda a la que no se puede responder con eficacia, ha derivado en cuadros de ansiedad o depresión consecuencia de la fijación de unos objetivos que las someten a una situación de estrés crónico agravada por el miedo a ser sancionadas o despedidas. (Comisiones Obreras, s.f.)
En definitiva, las condiciones para el adecuado desempeño del trabajo que comporta el ejercicio de la actividad profesional de camarera de piso, que se concentra e intensifica en periodos de temporada alta del sector turístico, requiere no solo medidas legislativas, de control o punitivas por parte de las administraciones competentes, sino de la concienciación empresarial en la adecuada protección de estas trabajadoras, al concurrir singularidades y dinámicas de trabajo que comprometen su salud laboral como consecuencia de los altos requerimientos físicos, sensitivos y mentales de su actividad.
Compartir en