[LARPSICO] La movilidad laboral sostenible mejora el bienestar mental de la población trabajadora
Que el cambio climático está teniendo un impacto notable en la (pérdida) de salud de las personas en general, y de la población trabajadora en particular, es una evidencia. Cada vez existen mayores evidencias científicas de la incidencia del “estrés térmico” a causa de los fenómenos climatológicos extremos (olas de calor) en la accidentalidad de trabajo, aunque todavía los registros estadísticos adolezcan de notables deficiencias, de modo que se registran “más fallecimientos que bajas”. En consecuencia, todo lo que se pueda hacer, desde las empresas y de las propias personas trabajadoras, para contribuir a la lucha eficaz contra el cambio climático y a la conservación del planeta, redundará no solo en beneficio de éste y de la salud ciudadana en general, sino también de la salud de la población trabajadora.
Las organizaciones internacionales son conscientes de esta interacción, en cualquiera de los ámbitos que se consideren. Así, por ejemplo, la Estrategia Global en materia de Seguridad y Salud en el Trabajo 2024-2030 y plan de acción para su aplicación subraya esta interacción, como por ejemplo cuando en su línea de acción 2.5.1., relativo a la elaboración de investigaciones, herramientas, políticas y técnicas sobre seguridad y salud laboral pone el acento sea en materia de riesgo psicosocial (incluidos la violencia y el acoso), salud mental y bienestar en el trabajo sea a efectos del cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos en la seguridad y salud en el trabajo. O por ejemplo, en el ámbito de los sistemas de Inteligencia Artificial, el nuevo Reglamento de Inteligencia Artificial de la Unión Europea llama a una evaluación de estos sistemas atendiendo sea a la seguridad, sea a la salud sea a la protección adecuada del ambiente. Por lo que la salud de la población y la salud del planeta cada vez se presenta más estrechamente vinculada, fuera y, por tanto, dentro de los entornos de trabajo.
Desde esta perspectiva, es manifiesto que una movilidad laboral sostenible puede ayudar notablemente a la mejora de la calidad del aire y, en consecuencia, a luchar contra la contaminación y a favor de la salud respiratoria. En este escenario, recientes estudios señalan, entre los beneficios ya constatados en estudios anteriores de acudir al trabajo en bicicleta de una forma habitual, la mejora de la salud mental de las personas que practican este modo de desplazamiento al trabajo. Este estudio escocés, realizado con una muestra formada por personas trabajadoras (80.000), de ambos sexos, que han estado 18 años yendo al trabajo a pie y/o en bicicleta (estudio longitudinal, a lo largo de casi dos décadas), no solo revela que tienen un 47% menos de riesgo de morirse por cualquier causa, sino que aumenta la producción de hormonas del bienestar, reduciendo hasta un 20 % las recetas de fármacos para problemas de índole psíquico (ansiedad, estrés, depresión, etc.). Por lo tanto, vemos que también incide en la sostenibilidad del sistema sanitario, al reducir notablemente el gasto farmacéutico, muy elevado en España. Naturalmente, las formas de movilidad laboral saludable y sostenible variarán según épocas y lugares, no puede haber una misma receta para todos los casos, de ahí la necesidad de planificación y negociación.
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