La semana pasada, como cada 10 de octubre de cada año, desde hace ya más de tres décadas (1992), la Organización Mundial de la Salud (OMS), celebra el Día Mundial de la Salud Mental. Al igual que para el resto de las conmemoraciones del tipo, la OMS persigue promover una creciente conciencia social y económica, también profesional, en este caso sobre la cuestión de la salud mental en todo el mundo. En última instancia, se busca alentar recursos efectivos para proteger a las personas frente a todo tipo de riesgo que la amenaza y promover los factores que la fomentan. Si bien suele presentarse esta cuestión como un problema básicamente de salud pública, el entorno de trabajo, sus condiciones y organización tienen un papel muy relevante tanto en su causa como en su solución. Por lo tanto, no es de extrañar que, para el año 2024, se haya elegido lema: “Trabajo y Salud mental: un vínculo fundamental”. En suma, es tiempo de priorizar la salud mental en el lugar de trabajo.
En efecto, si garantizar entornos de trabajo seguros y saludables constituye un factor determinante de protección para la salud mental (ej. recuérdese que una de las fuentes más determinantes de riesgos psicosociales es la inseguridad en el trabajo - pdf), lo contrario, exponerse a condiciones insalubres y tóxicas (como el acoso, la sobrecarga de trabajo, el burnout, etc.), emerge como un factor de riesgo para la salud mental de las personas. Pero también para la calidad de vida en general y, en consecuencia, para los niveles elevados de participación en la economía (ejemplo: hoy adquiere especial actualidad el problema del absentismo laboral y la exigencia de medidas para facilitar el retorno al trabajo de bajas de larga duración (muchas de las cuales tienen como causa problemas psicosociales -este tipo de bajas, en aumento, son de más duración y, por lo tanto, más costosas) o la productividad en el trabajo.
El planteamiento de la interacción entre entorno de trabajo y salud mental se resume, por la OMS, en ese lema, a través de 9 mensajes clave. A saber:
- La salud mental y el trabajo están íntimamente relacionados.
- Los trabajadores están expuestos a riesgos para su salud mental.
- Consecuencias para la persona.
- Repercusiones más amplias en el trabajo y la sociedad.
- La estigmatización crea barreras al empleo.
- Ayudar a los trabajadores a desarrollar su potencial.
- Formar a los directivos para promover la salud mental.
- Las autoridades deben actuar y cooperar.
- Cuidar de la propia salud mental.
Más allá de la multiplicación de numerosos eventos de todo tipo y por todas las organizaciones y entidades con competencia en este ámbito, así como por empresas y agentes sociales, tanto nacionales como internacionales, lo que sería más reseñable es medir cómo evoluciona la gestión práctica de este tema en el seno de las empresas y organizaciones de trabajo. Al respecto, si bien sigue estando menos presente en la gestión empresarial que otras dimensiones de la salud en los entornos de trabajo, va creciendo el “banco de empresas” que asumen como una acción importante avanzar en la mejora de la salud mental de sus plantillas, a través de una mejor protección preventiva frente a los riesgos psicosociales, no tan solo de promoción de la salud emocional (EJ. Dosier Corresponsables: Día Mundial de la Salud Mental 2024)
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