Ciclos de cine
Las relaciones entre la imagen cinematográfica, la ciudad moderna y la arquitectura se asientan en los mismos orígenes de la historia del cine, allá por los últimos años del siglo XIX. Desde las primeras imágenes de Louis de Prince sobre el Puerto de Leeds, las de Berlín de los hermanos Skladanowsky o las de Lyon de los hermanos Lumière, hasta las posteriores de Walter Ruttman en Berlín, Sinfonía de una ciudad o El hombre de la cámara de Dziga Vertov, en los años veinte, manifiestan el interés que el cine siempre tuvo por representar los entornos urbanos y arquitectónicos donde se generaban las nuevas relaciones de producción en las que se insertaba la incipiente industria cinematográfica.
Por otro lado, el dinamismo causado por el movimiento de la cámara en el espacio, el potencial estético y experimental de las escenografías, los diseños de montaje, las maquetas o las nuevas tecnologías, han sido determinantes en la atención que la arquitectura ha prestado al cine.
Actualmente arquitectura y cine siguen buscando nuevas alianzas e inspiraciones, tanto para desvelar como para consolidar las nuevas relaciones entre los poderes simbólicos, políticos y económicos.
Comprender mejor los lugares en conexión con las vidas de las personas y entender más las películas a través de los entornos arquitectónicos en que se desarrollan, son las razones fundamentales por la que la Consejería de Fomento y Vivienda viene incluyendo, entre sus actividades de Fomento de la Arquitectura, un ciclo de verano sobre cine y arquitectura que plantea una reflexión sobre las diversas problemáticas de esta última a través de las aproximaciones a ella por medio de la imagen cinematográfica.