El caso de Níjar: ejemplo de colaboración institucional para erradicar los asentamientos

El Ayuntamiento pone en marcha un plan local en consonancia con el marco liderado por la Junta para solucionar este problema social
Andalucía, 06/10/2024

El Ayuntamiento de Níjar (Almería) es todo un ejemplo de colaboración institucional en la búsqueda de soluciones a los asentamientos. Este municipio trabaja de la mano de la Junta de Andalucía dentro del primer plan estratégico impulsado por la Consejería de Inclusión Social para erradicar los asentamientos en las provincias de Almería y Huelva, (Plan Easen).

Así, el Consistorio almeriense ya ha activado su primer plan local, en consonancia con lo que promueve el plan autonómico. Además, esta misma semana el Consistorio ha acogido una reunión, presidida por el director general de Políticas Migratorias de la Junta, Jesús Toronjo, con entidades sociales y empresariales al objeto de recopilar sus aportaciones.

Asimismo, en la provincia tuvieron lugar otras reuniones con los municipios de Vícar, El Ejido, Cuevas de Almanzora y La Mojonera, los cuales tienen situaciones distintas pero que, además de la estimación de sus asentamientos, han aportado sus propuestas. De hecho, tras el encuentro de Níjar se da por finalizada la fase de aportaciones que comenzó la Junta en Huelva para contar con todas las propuestas posibles.

De este modo, el plan Easen va a elaborarse mediante un análisis previo que ha contado con agentes económicos y sociales y ya dispone de 79 propuestas en todas las áreas de intervención. Asimismo, para que comience a andar necesita de la imprescindible implicación de los ayuntamientos, como está haciendo el de Níjar, que incluso ha aprobado su propia estrategia.

La iniciativa del Easen de la Dirección General de Políticas Migratorias de la Junta de Andalucía tiene así como aliado al municipio almeriense, tras aprobar un plan que, como ha explicado su alcalde, José Francisco Garrido, se trata de un “hito” para el municipio, ya que “es una herramienta vital para acabar con uno de los principales retos que tiene Níjar, que es el de la proliferación de infraviviendas desde hace años”.

Este plan municipal contiene un diagnóstico y análisis de la situación actual, así como un marco normativo, unos principios rectores, objetivos y conclusiones, y se abre a las distintas ONGs y entidades que colaboran de manera responsable en el municipio, así como a las organizaciones empresariales, con la premisa de estar también abierto a obtener el compromiso de corresponsabilidad de todas las administraciones públicas implicadas.

Un trabajo que corrobora la acción municipal

Los detalles sobre el plan local corroboran el trabajo que ha realizado el Ayuntamiento en los últimos años, como detalla la concejal delegada del Área de Familia, Tercera Edad y Participación Ciudadana, Ángeles Góngora, que subraya la importancia del “trabajo de campo y a pie de terreno” que realizan una trabajadora y educadora social.

Dentro del ‘Programa de acogida e inclusión social de inmigrantes en núcleos de asentamientos chabolistas, de los Servicios Sociales Comunitarios’ del Ayuntamiento, ambas llevan a cabo un acercamiento e investigación en estos terrenos chabolistas, “donde se recogen todos los datos de los asentamientos y sus habitantes y siendo, además, figuras de referencia”.

Además, gracias a este equipo, se ha reforzado la atención de las solicitudes de empadronamientos en estas zonas, “ya que creemos que deben ser considerados unos habitantes más del municipio porque es la realidad con la que contamos”, y se ha reforzado “con el fin de dignificar su situación y que puedan acceder a más recursos e integrarse en nuestra sociedad”.

Desde el año 2023 se viene llevando a cabo el Proyecto de Erradicación de Asentamientos, tras la demolición de tres de ellos en las localidades de San Isidro, Barranquete y Los Nietos, y el realojo de la población que los habitaba en los módulos prefabricados de Los Grillos, “con la colaboración en la solución habitacional de una entidad del tercer sector para uno de ellos, a la espera de poder ser trasladados a las viviendas temporales de temporeros cuando estén en marcha”.

Búsqueda de soluciones

De este modo, lo que se pretende es acabar “con las situaciones infrahumanas que viven, sin suministros vitales ni higiene, seguridad o acceso a recursos, dotándolos de unas necesidades básicas cubiertas con el fin de acompañarlos en su proceso de integración social y búsqueda de alternativa habitacional definitiva, aportándoles una solución transitoria hasta que continúen con su proyecto migratorio buscando un futuro mejor”.

Quienes viven en las chabolas son personas trabajadoras que aportan su grano de arena al bienestar local. Ángeles Góngora detalla que, principalmente, desarrollan su labor en los invernaderos, “donde la mano de obra es migrante, de origen marroquí o subsahariano, teniendo el problema de que muchas de las personas que viven en esta situación en el municipio se encuentran indocumentadas, otras en proceso de regularizar su situación y otras con permiso de trabajo”. Así, se trata de "integrar a estas personas en nuestra sociedad, siendo unos vecinos más de nuestro municipio y proporcionándoles unas condiciones mínimas de vida. Es un trabajo que debe ir de la mano y la sinergia de diferentes actores, desde las administraciones a los empresarios, que deben estar involucrados en iguales condiciones”, ha explicado.

Todo ello, en un municipio de más de 31.000 habitantes censados, donde, en líneas generales, “no podemos hablar de interculturalidad sino de multiculturalidad, ya que existe un respeto entre ellos, pero se agrupan por procedencia en diferentes zonas de las localidades o en asentamientos chabolistas”. En cifras, la concejala señala que es complicado a veces cuantificar cuántas chabolas existen en el pueblo, pero sí concreta que hay 32 asentamientos chabolistas, divididos en 10 localidades. “Destacan entre todos ellos dos, ‘Don Domingo’, en Atochares, calculando que pueden convivir alrededor de 600 personas, y ‘El Hoyo’, en Barranquete, calculando unas 300. 

La colaboración, pieza clave

En Níjar hay distintos análisis dependiendo de cada asentamiento a la hora de estudiar la colaboración vecinal en torno a la eliminación de las chabolas. La portavoz municipal indica que “se dan circunstancias muy diferentes dependiendo de cada asentamiento”, y recuerda concretamente que “en el desalojo de ‘Walili’ no hubo colaboración entre los propios moradores, ya que era el primero que se desalojaba y había mucha incertidumbre, mezclado todo ello con una población muy grande y diferentes nacionalidades, así como terceras personas, aumentando esta sensación de incertidumbre e inseguridad y dificultando el trabajo”.  

Sin embargo, fue distinta la experiencia con el asentamiento desalojado en febrero de 2024 en la avenida de la Constitución, en San Isidro: “hubo tiempo suficiente para informar y preparar el desalojo, siendo un asentamiento situado cerca de la solución habitacional transitoria que se les daba, y con un porcentaje de habitantes menor, mostrando los moradores colaboración con nosotros y queriendo mejorar y dignificar su situación”.

Ahora, el Ayuntamiento destaca la colaboración que está teniendo por parte de la Junta de Andalucía, e indica Ángeles Góngora que, “a través de la subvención anual de la Junta, destinada a entidades locales para la atención a personas inmigrantes y emigrantes temporeras andaluzas y sus familias “se contrata al equipo que lleva a cabo la labor en los asentamientos”, formado por las citadas trabajadora social y educadora social.

En definitiva, el afán del Plan Easen va en consonancia con el Plan local de Erradicación de Asentamientos Chabolistas. “Vamos en la misma línea, con el mismo objetivo, que es la erradicación de asentamientos, con la creación de alojamientos temporales transitorios para temporeros”, ha concluido Ángeles Góngora.

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